En febrero, el hombre se sentó frente a una pasajera en el tren a Haarlem. Se sacó los genitales del pantalón e hizo movimientos de arriba abajo.
Durante la audiencia, el sospechoso dijo que estaba profundamente avergonzado. Viajar en tren le crea cierta sensación, afirmó en el juzgado. Dice que no quiere repetirse y desde entonces ha evitado el tren. También está recibiendo terapia en una institución de salud mental. El sospechoso ha sido condenado dos veces antes por un delito similar.
La víctima exige una indemnización de 500 euros al hombre, pero no la recibe. ‘Insuficientemente fundamentado’, dictaminó el juez.