El futbolista, que empezó a trabajar con el equipo dos días antes del partido de Antalya y ocupó su lugar en el campo, no ha dejado la camiseta desde ese día.
Quien le devolvió la vida a Boey fue el entrenador que trajo del extranjero para mantenerse en forma cuando estaba fuera de la plantilla.
Se supo que el entrenador francés preparó un programa de entrenamiento especial para Boey y el jugador aplicó este programa al pie de la letra.