ESPÍRITU ATAQUE – Orígenes marfileños, una pasión por Didier Drogba que lo inspiró en los primeros pasos de su carrera: a la edad de 11 años, los observadores de Le Havre lo ven e sus primeros entrenadores en las canteras deciden explotar y apoyar su vocación ofensiva desplegándolo como primer delantero, extremo y también centrocampista más avanzado, antes de que su evolución lo llevara varios metros más atrás. En este primer año con los más grandes y también entre las categorías inferiores de la Francia Sub 19 -con la que es protagonista en estos días de la fase decisiva de clasificación para la categoría europea- impresionó con su arrogancia atlética junto con una capacidad de ajuste notable. Un gigante de más de 2 metros, por cada 100 kg de músculoque consigue ser rápido y coordinado en sus intervenciones, aunque todavía tiene que mejorar en alguna lectura tanto en la marcación como en el uno contra uno.
DEFENSOR DE CLAVIJAS – Defectos absolutamente archivables que no cancelan la sensación de dominio, sobre todo en el juego aéreo pero no sólo, contra muchos oponentes. De pie zurdo y con una visión de juego que le lleva a buscar muchas veces la jugada para liberar a su compañero capaz de desmarcarse entre líneas, Touré representa el prototipo del central moderno, bueno para romper con el momento adecuado para ir y sacar al atacante incluso muy lejos de su propia área penal. Un perfil adecuado para aquellos equipos que practican una filosofía de juego agresiva y proactiva, como el Milan de Stefano Pioli, que siempre tiene la vista puesta en el fútbol francés. El contrato de Touré expira en el verano de 2023 y por eso su situación es seguida con especial atención por los rossoneri y los demás clubes interesados, incluso si el interesado ha dejado claro que no tiene prisa por irse y así de repente el gran salto. .