A primera vista, parece haberse evitado una pesadilla en Rusia. Los gobernadores de las provincias rusas de Lipetsk, Voronezh y Rostov informaron el domingo por la tarde que los mercenarios de Wagner habían vuelto a abandonar las zonas. Yevgeny Prigozhin se dirige a Bielorrusia, según el Kremlin.
Esto podría haber terminado de manera muy diferente. Prigozhin avanzó con sus tropas el sábado, después de tomar Rostov, a la velocidad del rayo a doscientos kilómetros de Moscú. Existía una posibilidad real de tiroteos en (las cercanías de) la capital.
Igualmente sorprendente, entonces, fue el informe de que Prigozhin ordenó a sus tropas que regresaran esa misma noche. Aún no está claro qué convenció al jefe de Wagner para dar la vuelta. Las tropas no serán procesadas y Prigozhin recibirá garantías de seguridad, según el Kremlin, pero la sustitución del mando del ejército ruso -principal objetivo de Prigozhin- no parece ser el caso por el momento.
Lesión
Ya se ha sugerido aquí y allá. que esta acción pudo haber sido organizada por Prigozhin y Putin, con la intención de desviar la atención de los eventos en el campo de batalla o responsabilizar a los jefes del ejército Shoygu y Gerasimov por el fracaso de las operaciones.
“Pero incluso si ese fuera el caso, se nos fue de las manos el sábado”, dice el experto en Rusia Hubert Smeets (plataforma de periodismo Raam op Russia). “Putin ha sufrido demasiado daño”. En primer lugar, hay daños materiales: se dice que los mercenarios de Wagner destruyeron al menos seis helicópteros y mataron a trece soldados rusos.
También es muy incierto si Putin podrá contar con el apoyo de las tropas de Wagner en Ucrania después de esto. “Y eso es una pérdida”, dice el ex coronel Roger Housen. “No es fácil preparar una nueva unidad de repuesto con las mismas capacidades y material a corto plazo”.
Sin desnazificación
Cuanto mayor sea el daño a la autoridad de Putin. El hecho de que las tropas de Wagner pudieran acercarse a menos de 200 kilómetros de Moscú sin mucha resistencia plantea dudas sobre las capacidades y la lealtad de las tropas de Putin. El hecho de que el presidente ruso de repente se volviera completamente dependiente de su homólogo bielorruso Lukashenko para evitar una mayor escalada también mella su aura.
Igualmente importante, en el video que anuncia el avance sobre Moscú, Prigozhin también socava la legitimidad rusa de la invasión. “La guerra no era necesaria para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, sino para darle al ministro de Defensa una estrella extra”, dijo el jefe Wagner. “Al hacerlo, va directamente en contra de la historia que Putin ha estado contando desde el comienzo de esta guerra”, dice Smeets. “Ahora tenemos que esperar y ver cuán ampliamente se comparte esa crítica y cómo responderá Putin”.