Según él, esto también se hizo evidente cuando Groningen fue descubierta durante la época del coronavirus por visitantes de otras partes del país. “El desafío es retenerlos y asegurar que regresen”.
Según Van Dijk, donde la actividad económica en las zonas rurales es limitada, el turismo puede mejorar la calidad de vida. Para que, por ejemplo, las instalaciones del pueblo, como tiendas y cafeterías, puedan seguir ganándose la vida.
Drenthe tampoco ha alcanzado todavía los límites del crecimiento, afirma Yvonne Cornax, estratega de marketing de la organización de promoción Marketing Drenthe. “Pero lo analizamos con matices. Drente tiene una sólida oferta recreativa y las investigaciones muestran que los residentes en general están satisfechos con el desarrollo del turismo. Hay espacio para más, pero debemos mantener un equilibrio entre los intereses de los residentes, visitantes, empresas y el propio destino”, afirma Cornax.
Uno de los principales desafíos para las tres provincias del norte es la distribución de turistas a lo largo del año y en toda la región. Al igual que en las islas Wadden, en Frisia y Drente algunas zonas se llenan de turistas durante los fines de semana y días festivos.