No importa si Özil borra a Israel del mapa


Por Gunnar Schupelius

Tiene 26 millones de seguidores en Instagram. Con este poder, Mesut Özil despierta el odio y alimenta fantasías de aniquilación contra Israel.

El exjugador nacional Mesut Özil publicó un mapa en Instagram en el que se eliminaba “Israel” y se reemplazaba por “Palestina”. Escribió: “Es tu turno”.

En mayo ya había enviado una fotografía que mostraba al Primer Ministro israelí Netanyahu tras las rejas vestido de prisionero. “Criminales de guerra, asesinos de niños y genocidio. “Satanyahu”, escribió Özil.

La Asociación Deportiva de Makkabi pidió a la Federación Alemana de Fútbol que se distancie de Özil. Eso no sucedió. La política de la CDU Julia Klöckner exigió que Özil le devolviera el premio “Bambi” por su “integración exitosa”, que le fue concedido en 2010. Özil no reaccionó ante eso.

En 2014 recibió de manos de la canciller Merkel la “Hoja de Laurel de Plata”, el máximo galardón deportivo de Alemania. Özil, que nació en Gelsenkirchen, vive en Turquía desde 2018.

Por supuesto, tanto Makkabi como Klöckner tienen razón cuando exigen consecuencias. Porque quien borre a Israel del mapa quiere destruir este Estado. Pero cualquiera que quiera destruir a Israel acepta la expulsión e incluso el asesinato de millones de judíos. Özil necesita saber eso. Su mensaje en Instagram es inquietante y muy peligroso.

Özil es un contraejemplo de integración exitosa

Puede que Özil ya no tenga ninguna importancia para el fútbol, ​​pero era y es mundialmente famoso; 26 millones de personas lo siguen en Instagram. Allí suscita el odio y alimenta fantasías de aniquilación contra Israel.

Özil es el contraejemplo negativo de una integración exitosa. Alemania le dio todo lo que necesitaba para la carrera de sus sueños, pero se enajenó y llamó a Erdogan “mi presidente”.

Özil se mudó a Turquía, donde se puede vivir bien siendo millonario. Se unió a la fea propaganda de su presidente, quien dio la bienvenida a los asesinos de Hamás con todos los honores después de que invadieron Israel el 7 de octubre, matando a más de 1.100 personas e hiriendo a más de 5.400.

Para ser claros: Israel no es el agresor en este juego mortal. Israel evacuó la Franja de Gaza en 2006. Hamás planeó y comenzó desde allí la guerra de aniquilación contra Israel. Israel tampoco está atacando al Líbano, como suelen decir los medios de comunicación. Israel se defiende contra Hezbolá, uno de los grupos terroristas más grandes del mundo, que se ha establecido en el Líbano y desde octubre ha disparado 500 cohetes hacia el norte de Israel, obligando a 100.000 civiles israelíes a huir de sus hogares.

El ejército israelí no está cometiendo genocidio, como publicó Özil, sino que está tratando muy específicamente de eliminar a los terroristas armados y a sus líderes.

Eso –y sólo eso– es la verdad, todo lo demás son mentiras que Özil suscribe, ya sea porque no entiende lo que está pasando o porque realmente quiere participar en la lucha contra Israel.

¿Tiene razón Gunnar Schupelius? Escriba a: [email protected]

Lea todas las columnas de Gunnar Schupelius aquí



ttn-es-27