No cometas estos nueve errores al abrir la puerta de tu auto

Parece que hay pocas cosas que puedan salir mal al abrir la puerta de su automóvil. Aún así, un accidente está en un pequeño rincón. Esto puede causar daños a su automóvil, pero también puede poner en peligro a otros.

Una puerta que se cierra de golpe y golpea la pintura del automóvil que está a su lado, un pilar de soporte que se pasa por alto en un estacionamiento o una quinta puerta eléctrica que se golpea contra el techo de un garaje o techo: el resultado suele ser raspaduras, abolladuras y pintura descascarada. Pero a veces este tipo de errores también pueden ser peligrosos para los demás. Por ejemplo, cuando abre la puerta del conductor sin darse cuenta de que se acerca un ciclista o un motociclista. Evite cometer estos nueve errores.

1. No tener en cuenta la altura de las aceras (sobre todo en el exterior)

Cuando estaciona en paralelo en la ciudad y abre la puerta sin pensar, existe la posibilidad de que su automóvil esté demasiado bajo o que la acera sea demasiado alta. El sonido de molienda que sigue duele. A veces también le afecta la cartera, si se producen arañazos o daños en la pintura, o si la goma de una puerta se suelta cuando entra en contacto con el borde duro de la acera. Particularmente en el extranjero, la altura de la acera a menudo no tiene en cuenta la apertura de las puertas de los automóviles. También peligrosos: topes de velocidad y bolardos de estacionamiento a la altura de las rodillas. En resumen: primero mire hacia abajo después de abrir con cuidado la puerta.

2. No mires atrás

Muchos ciclistas ya han experimentado que la puerta de un automóvil se abrió repentinamente frente a él. Cuando salga, siempre mire hacia atrás primero. No solo en el espejo, sino también girando la cabeza. En algunos coches modernos, los sistemas de asistencia inteligente avisan si aparece algo en el ángulo muerto, o incluso bloquean la puerta si, por ejemplo, se acerca una bicicleta. Aún así, siempre es mejor mirar por el espejo retrovisor. En Europa, muchos propietarios de autoescuelas enseñan a sus alumnos el ‘Reach holandés’. Además, siempre deben utilizar la mano más alejada de la puerta al abrir la puerta del coche. De esta manera, casi automáticamente miras por encima del hombro.

3. Subestimar el viento

Las puertas de los coches son como velas en el viento. En Islandia, los niños ya están aprendiendo a sujetar la puerta con firmeza al abrirla. Un guardabarros delantero torcido o una puerta parcialmente fuera de los marcos está al acecho cuando el viento se apodera. Una puerta entreabierta puede recibir tanto viento que es casi imposible detenerla con una mano durante una tormenta. También existe el riesgo de daños si abre una puerta cuando un automóvil está estacionado cuesta abajo. Las puertas de los automóviles son muy pesadas en estos días y luego pueden golpear las bisagras con tanta fuerza que se daña la carrocería.

4. Abra la puerta congelada

Cualquiera que haya estado alguna vez al lado del automóvil en el invierno con la goma de la puerta rota sabe que no debe usar la fuerza en tales casos. La congelación de las puertas es un problema, especialmente en los automóviles más antiguos, y se puede prevenir fácilmente. Lubrique las gomas de sus puertas para el frío invernal con polvos de talco, vaselina o lubricante WD40. Si vas a lavar tu auto en invierno, seca bien las gomas para evitar que se congelen durante la noche.

5. Abre la puerta a baja velocidad

Si abre la puerta mientras estaciona (como solía ser el caso en el pasado) y ve obstáculos o la línea de puntos de su espacio de estacionamiento, se llevará una sorpresa con muchos autos nuevos: algunos modelos inmediatamente ponen la transmisión automática en el posición P o aplicar automáticamente el freno de estacionamiento electrónico. Aunque el riesgo de daño o lesión es pequeño, puede ser molesto.

6. Olvídese de la seguridad de los niños

En casi todos los automóviles de cuatro o cinco puertas, las puertas traseras se pueden bloquear para evitar que los niños las abran desde adentro. Este seguro para niños funciona en automóviles más antiguos a través de un pequeño pasador de empuje o pivote en la puerta. En los automóviles más nuevos, esto rara vez sucede a través de un botón separado, sino generalmente a través del menú de la computadora de a bordo. Cómo funciona esto se puede encontrar en el manual de su automóvil.

7. No sostenga el portón trasero

Los SUV altos a menudo tienen puertas traseras que se extienden muy por encima del techo del automóvil. Esto puede generar problemas en muchos garajes de estacionamiento y debajo de los refugios. Las válvulas eléctricas en particular son traicioneras, porque es posible que no veas o apenas veas si las cosas van bien cuando las abres. Sin embargo, en los automóviles modernos, la altura de apertura a menudo se puede controlar a través del menú de a bordo o con un botón. Si las cosas amenazan con salir mal, puede detener el proceso presionando el botón en el interior de la tapa o frenándolo manualmente.

8. No saber dónde está escondida la llave de repuesto de tu coche

Si la batería del control remoto de su automóvil se agota o está defectuosa, puede abrir el automóvil con una llave de repuesto que le permite desbloquear el automóvil y, en ocasiones, también encenderlo. Exactamente dónde se oculta esta ‘clave secreta’ difiere de un modelo a otro. Por lo general, hay un pequeño botón en su control remoto. Si presiona esto y tira de cualquier otro lugar, aparecerá la ‘barba’ de la tecla. El manual le dice exactamente cómo sacar esta llave de emergencia.

9. Dar un portazo demasiado fuerte en estas ciudades alemanas

Desde el mes pasado, cualquier persona que golpee demasiado fuerte la puerta de su automóvil en la ciudad alemana de Erdmannhausen puede contar con una multa de hasta 80 euros debido a la molestia del ruido. Los municipios vecinos como Bönnigheim, Kornwestheim, Murr, Oberstenfeld, Freudental y Gemmrigheim también pueden imponer multas por esto. Con la nueva normativa policial, no sólo se podrá sancionar en un futuro dar portazos a los coches, sino también dejar los motores en marcha durante un tiempo innecesariamente largo o tocar el claxon sin motivo alguno.



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