La aparente indolencia, la forma de moverse sobre el parqué, la cara casi de aburrimiento tras marcar. Sin embargo, hoy, después de llevar a Denver al título, es el número uno de la NBA. Y pensar que soñaba con caballos
Nikola Jokic es único. Tomó el trono del jugador más fuerte, luego de llevar a los Denver Nuggets al primer título de la NBA en su historia, una victoria de 4-1 sobre el Miami Heat. Un título ganado por mvp de las Finales, levantando, además del Trofeo Larry O’Brien con el resto del equipo, el trofeo que lleva el nombre de Bill Russell… luego olvidándolo en el vestuario del Ball Arena. Es parte de lo que lo hace único: en la cancha ve el juego como Magic Johnson en un cuerpo de Shaquille O’Neal, pero fuera de la cancha siempre encuentra una manera de recordar cuáles son sus prioridades en la vida. Jokic es el ejemplo perfecto de cómo la NBA se ha vuelto global y cómo el próximo fenómeno también puede esconderse en Sombor, Serbia, entre los caballos. Un campeón único, a contar en 15 curiosidades: 15 como su dorsal.