El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha fijado tres condiciones para lograr la paz en Gaza: la destrucción de Hamás, la desmilitarización de la Franja de Gaza y la “desradicalización” de la sociedad palestina.
La destrucción de Hamás parece clara. Netanyahu dijo anteriormente que sus fuerzas “continuarán hasta que todos los combatientes de Hamas sean destruidos”. No está claro cuántos seguidores tiene el grupo.
Se dice que Hamás tiene retenidas a otras 129 personas. Recientemente, se encontraron los cuerpos de cinco rehenes en túneles subterráneos. Se trata de dos civiles y tres militares.
Netanyahu enumeró las condiciones en un artículo de opinión en el Wall Street Journal. Pero después de una visita a la Franja de Gaza el lunes, dijo que continuaría intensificando la lucha contra Hamás por el momento.
“No nos detendremos, continuaremos luchando e intensificaremos los combates en los próximos días. Será una guerra larga que no está a punto de terminar”, afirmó el primer ministro. Si Netanyahu se sale con la suya, no habrá paz en la zona por el momento.
No parece haber una nueva fase en la guerra.
Anteriormente había anunciado que la guerra “entraría en otra fase”. En lugar de ataques a gran escala, se desplegarían ataques de precisión más pequeños. Pero esa transición no parece estar teniendo lugar todavía.
Los ataques de Israel no sólo matan a los partidarios de Hamás. Muchos civiles son víctimas de la guerra. Según Hamás, más de 20.000 personas han muerto a causa de los bombardeos y bombardeos israelíes. Más de 54.000 personas resultaron heridas.
Israel está recibiendo cada vez menos apoyo internacional. El país ha estado atacando Gaza desde el gran ataque de Hamás el 7 de octubre que mató a 1.200 personas.