El campeón de Wimbledon 9 recibió el reconocimiento de un Pietrangeli emocionado: “El tenis es una escuela de vida”
– ROMA
Quizás el momento más emocionante de todo el torneo. Martina Navratilova se hizo con la Raqueta de Oro en la pista central del Foro Itálico, un premio reservado a quienes han hecho historia en este deporte. Y si hay alguien que puede presumir de este título es sin duda Martina Navratilova. Dieciocho Slams de singles, nueve veces campeona de Wimbledon, 167 títulos de singles, un ejemplo en su lucha por los derechos de la comunidad homosexual en particular.
EL DISCURSO
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Fue otorgado a otra leyenda como Nicola Pietrangeli quien se conmovió profundamente al presentarlo. Navratilova vio un video que resumía parte de sus triunfos y luego quiso dar un discurso en italiano, emocionando a todo el público, incluido Boris Becker, presente en la galería de autoridades. “Todos ustedes saben que fue un año muy difícil para mí -dijo refiriéndose al cáncer de garganta que le aquejaba-, pero ahora estoy bien y lo agradezco. Jugué mi primer torneo aquí en Roma en 1973 y Recuerdo que me encantaba comer helado que hoy, dado el clima, no comeré”.
“Vida impresionante”
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Luego, Navratilova, volvió a la vida y el deporte que se entrelazan: “El tenis me ha dado una vida sorprendente y traté de devolver todo esto cuando jugaba -continuó-. También es una escuela de vida, porque me enseñó la paciencia, la perseverancia, el sentido de la justicia y la humildad. Aprendí, gracias al tenis, que ningún jugador es más grande que el deporte”. Por último, un saludo: “Estoy feliz de estar en Italia, porque la pasión que sientes por este deporte es grande y estoy muy agradecido por este día que siempre recordaré”.
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