El político opositor ruso Alexei Navalny se hizo escuchar por primera vez en semanas el martes desde la colonia penitenciaria IK-3 en Siberia. “No os preocupéis por mí”, dice a través de su portavoz saber en X. Además, Navalny, que cumple una condena de 19 años de prisión por “extremismo”, bromeó diciendo que su larga barba le hace parecerse a Papá Noel. También agradeció a las personas que lo apoyan y deseó a todos felices fiestas. El lunes, su portavoz dijo que Navalny estaba bien “dadas las circunstancias”.
La pregunta es cómo le está yendo realmente a Navalny. Su equipo no supo nada de él durante semanas hasta el lunes. El político de la oposición estuvo recluido anteriormente en la tristemente célebre colonia penitenciaria IK-6, al este de Moscú, y ocasionalmente logró difundir mensajes a través de abogados. Eso terminó cuando a los abogados ya no se les permitió verlo. El lunes, su equipo logró encontrarlo después de tres semanas, solo para descubrir que está encerrado en la colonia penitenciaria IK-3 en Siberia, a casi 2.000 kilómetros de Moscú.
Según Ivan Zhdanov, miembro del equipo de Navalny, las condiciones en el campo son duras. “Es muy difícil llegar, no se pueden entregar cartas ni hacer llamadas telefónicas”. En los últimos días la temperatura ronda los -10 grados durante el día en Charp, lugar donde se encuentra la colonia penitenciaria IK-3 y que tiene inviernos largos.
Los abogados de Navalny creen que el traslado está relacionado con las elecciones presidenciales en Rusia, que tendrán lugar en marzo de 2024 y que ganará el presidente Vladimir Putin. Uno de sus colaboradores más cercanos dijo anteriormente que las autoridades rusas quieren aislar a Navalny para que Putin no enfrente críticas del lado de Navalny antes de esas elecciones.