Investigadores de la Universidad de Estocolmo investigaron el efecto de temperaturas inusualmente altas en el otoño en el blanco de vetas pequeñas. Esta especie también se encuentra en Flandes y pasa el invierno como pupa. En un experimento de laboratorio, 459 pupas fueron expuestas a altas temperaturas desde el día 1 después de la pupa.
Los científicos encontraron que los animales tenían un metabolismo más rápido con una exposición prolongada a altas temperaturas. Su respiración se acelera y las mariposas pierden más peso, lo que puede ser fatal para ellas.
Menos peso y menos vitalidad
Además, algunas de las pupas no sobrevivieron al experimento debido a las temperaturas extremadamente altas (25°C). Además, los animales que también estuvieron expuestos a altas temperaturas y aún así sobrevivieron tenían un peso corporal más bajo y menos vitalidad en la edad adulta.
“Esto demuestra que los otoños cálidos pueden afectar a las poblaciones de mariposas comunes, aunque se encuentren en el estado de pupa aparentemente menos vulnerable”, concluye Natuurpunt.