Nathalie Sander tiene 40 años y, tras su formación, empezó en el departamento de Medicina Interna y Oncología del hospital Tielt. “Después de la muerte de mi abuela, me formé como referente de cuidados paliativos, dolor y confort”, dice. “Mi corazón estaba con los pacientes oncológicos y paliativos. Quería intentarlo todo para aumentar su comodidad para que sus últimos días fueran lo más bellos posible”.
En 2016 se cambió a la clínica del dolor, “para poder ofrecer un valor añadido para que las personas no tengan dolor o mejoren su dolor, porque la comodidad y la calidad de vida es muy importante en la vida”.