Perder doce kilos, compartir una celda de doce metros cuadrados con un fumador empedernido y trabajar en la biblioteca de la prisión por 0,80 euros la hora. Por primera vez tenemos un vistazo a la nueva vida de Nicolás Ullens (58), quien a fines de marzo le disparó a su madrastra Mimi Ullens (70). “La única seguridad que tiene allí son las cuatro paredes de su celda”.
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