En el corazón de Doha, la cara del Pibe está en todas partes: un ícono para la afición albiceleste
Diego Maradona ya había dejado de jugar un tiempo, cuando en 2005 recibió una oferta de un club de la tercera categoría: «Ven a divertirnos». Pero él: «Lo siento, no creo que vuelva, ya tengo cuarenta y cinco años y no puedo faltarle el respeto a la pelota». ¿Qué estás diciendo, Diego? Pero, ¿qué dirías hoy? Porque sí, aún hoy y todavía hoy -en cualquier forma- sabrías echarle una mano a tu Selección, a una selección que se debate entre lágrimas y suspiros, entre la victoria y el no, no la simple derrota, sino la derrota. falla.