Menos de veinticuatro horas. Así duró el mural dedicado a Paola Egonu para celebrar el histórico oro olímpico en voleibol femenino y relanzar la lucha contra el racismo, el odio y la xenofobia. Durante la noche, la obra de la artista callejera romana Laika, creada en la pared frente a la sede de la Federación en Roma, fue vandalizada con pintura rosa que cubrió la piel negra del campeón italiano. Otra afrenta más ha provocado la condena bipartidista del Ministro de Asuntos Exteriores. Antonio Tajani al secretario del Partido Demócrata, Elly Schlein. El Ministro de Deportes, Andrea Abodirenovó el abrazo dado al voleibolista en París con uno que “hoy vale aún más”, como él mismo escribió en las redes sociales.
Un insulto a la “italianidad” – así se titula la obra – contra el que se han pronunciado todos los líderes políticos y sobre el que también podrían brillar los focos de los investigadores. De hecho, no se descarta que las imágenes de las cámaras presentes en la zona puedan ser analizadas para intentar identificar a los responsables. Alguien, mientras tanto, decidió utilizar guantes y un marcador para devolverle la piel a su color original a la deportista olímpica y, por su parte, prefirió no pronunciarse oficialmente sobre el incidente.
Numerosos miembros del gobierno expresaron cercanía y afecto, entre ellos el Ministro de Turismo, Daniela Santanché. «Toda forma de racismo debe ser denunciada y combatida», escribe en Juntos”. Desde el Partido Demócrata hasta el Movimiento 5 Estrellas, desde Azione hasta Forza Italia, la indignación por la desfiguración del mural fue unánime. «El racismo apesta y hay que combatirlo», tronó la secretaria demócrata Elly Schlein, sacando a relucir la cuestión del ius soli. “Para nosotros – afirmó – cualquiera que haya nacido o crecido en Italia es italiano y seguiremos luchando para cambiar la ley sobre la ciudadanía”. El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, habla de “vergüenza”: “un vil insulto a una gran mujer italiana que llevó los colores de nuestro país a la cima del mundo y a un artista comprometido contra la xenofobia”. “Un gesto indigno y cobarde – añadió el presidente de la Lazio Francesco Rocca – contra la figura de una gran mujer”.