A los alcaldes de los 7.330 municipios que, entre las Regiones ordinarias, Sicilia y Cerdeña, deben tratar directamente las solicitudes del presupuesto, la ley presupuestaria que el 29 de octubre dio los primeros pasos de su recorrido en la Cámara con la comunicación de las posibles anulaciones debidas a la incompatibilidad ofrece una mirada de dos caras. El primero, en definitiva más amable que algunas previsiones pesimistas de la víspera, es el de la “contribución a las finanzas públicas”, es decir, la ayuda que también deben prestar los entes locales al esfuerzo global de corrección de las cuentas redactadas en el Presupuesto. Plan estructural en el que se espera que el déficit se reduzca progresivamente desde el 3,8% este año al 3,3% el próximo hasta el 1,8% en 2029.
Obligación de provisión
Se trata del equivalente local de la revisión del gasto, que sin embargo para los municipios no se traduce en un recorte de fondos sino en la obligación de reservar recursos que el año siguiente podrán utilizarse para inversiones o para reducir el déficit: las cifras, Dicho esto, empiezan ligeros y piden a los Ayuntamientos que reserven 130 millones en 2025, 260 millones por año en 2026-28 y 440 millones en 2029. Total: 1.350 millones en cinco años, acompañados de 150 millones (10 en 2025, 30 por año en 2026-28 y 50 en 2029) solicitados a Provincias y ciudades metropolitanas.
Se trata de cifras nada despreciables, porque se suman a la asignación de 1,25 mil millones (200 millones por año para los Municipios, 50 para las Provincias y las Ciudades durante cinco años) ya impuesta por la ley presupuestaria del año pasado con el mecanismo que ha suscitado muchos polémica porque vincula la suma solicitada a cada autoridad local a la cantidad de recursos recibidos para el Pnrr y porque afecta a gastos corrientes que ya se encuentran en dificultades considerables por el aumento de los costes de la energía, la asistencia social local y los contratos de los empleados (sólo los dos siguientes contratos contractuales Las rondas de financiación, financiadas por la ley presupuestaria, costarán a las autoridades locales alrededor de 1.300 millones de euros, pero no son cifras dramáticas, sobre todo porque se compensan al menos en parte con ayudas de 100 millones al año (al menos hasta 2027). ahora) asignado a los Municipios para la gestión de los menores en acogimiento o a 50 millones por año (hasta 2030) para las funciones fundamentales de las Provincias.
Maniobra bilateral
Pero como toda moneda, la de la maniobra de las autoridades locales también tiene dos caras. Y la segunda cara, un poco más críptica por la formulación de las normas sustentada en referencias a artículos, párrafos y autorizaciones de gasto antiguos, es la que involucra las cifras más significativas; y que representa, por tanto, el verdadero corazón de la “contribución” solicitada a las administraciones locales por los balances de las finanzas públicas.
En este caso, la ley de presupuesto trabaja con tijeras y recorta con carácter plurianual una serie de fondos destinados a líneas de inversión específicas e individuales. Cien millones aquí, doscientos allá y trescientos en otro lado, el total de recortes entre 2025 y 2029 suma 3.469 millones de euros: es una cifra considerable.