Las mujeres detenidas en la prisión de Nieuwersluis en Utrecht son víctimas de un comportamiento estructuralmente deshonesto por parte del personal. Se trata de comentarios con tintes sexuales hacia los presos, pero también besos franceses, gratificación oral y relaciones entre empleados y presos. También habría intimidación, gritos y maldiciones.
Esa es la conclusión de la Inspección de Justicia y Seguridad tras una investigación al interior del centro penitenciario.
Las mujeres encuestadas dijeron que tenían miedo de denunciar el comportamiento. “Tienen miedo de que no les crean o de verse perjudicados, por ejemplo, por ser trasladados a otra prisión”, escribe la Inspección JenV.
“Si los detenidos se atrevieron a hacer informes, no siempre fueron tomados en serio. A veces no se hizo nada con ellos, mientras que se deben tomar medidas en todos los informes”.
La investigación también muestra que hay chismes y comentarios discriminatorios y sexistas entre los empleados. No todos los empleados se atreven a hablar, por ejemplo porque han estado trabajando juntos durante mucho tiempo o se ven en privado.
‘¿Existe una cultura que haga posible este comportamiento?’
No se ha investigado el alcance y la frecuencia del comportamiento de falta de integridad. Pero tras interrogar a 66 empleados y presos, la Inspección de JenV ha concluido que no se trata de un incidente incidental. Es una “situación continua y urgente”.
“Existe una cultura que hace posible que los empleados de prisiones muestren un comportamiento poco ético, incluido un comportamiento sexualmente transgresor. El entorno de vida y de trabajo no es lo suficientemente seguro. Ni para los reclusos, ni para los empleados”, dice la inspectora general Esther de Kleuver.
Línea directa para mujeres presas
La Inspección de JenV quiere que se tomen medidas rápidamente. Por ejemplo, se recomienda que la prisión tenga al menos una empleada presente en cada departamento durante el programa diurno.
Se ha pedido a la Agencia de Instituciones de Custodia (DJI) que establezca una línea directa a la que las mujeres detenidas puedan acudir sin el conocimiento del personal del departamento. El DJI también debería mirar la cultura en otras cárceles de mujeres.
La investigación de la Inspección de JenV comenzó el año pasado luego de que la policía arrestara a un empleado acusado de abuso sexual dentro de la prisión. Esta investigación se amplió después de que llegaron más señales de mala conducta.