Dennis Butler, de 37 años, fue asesinado el miércoles después de que sacó un arma semiautomática y comenzó a disparar en una fiesta de cumpleaños celebrada en un edificio de apartamentos en la ciudad de Charleston. En total hubo entre 30 y 40 asistentes.
Butler había estado conduciendo por el complejo de apartamentos esa noche y le habían advertido que redujera la velocidad porque había niños jugando. Luego, el hombre se fue, pero luego regresó con un arma, estacionó su automóvil frente al edificio y comenzó a disparar.
La asistente a la fiesta no dudó ni un segundo y le disparó a Butler. El hombre, que era conocido por la policía, murió en el lugar. “En lugar de huir del peligro, ella no rehuyó la amenaza y salvó varias vidas”, dijo el jefe de policía local Tony Hazelett sobre el acto. La policía también dice que no se presentarán cargos contra la mujer. Por ejemplo, ella era la propietaria legal del arma y, en otras palabras, seguía la ley estadounidense.
El incidente ocurrió solo un día después del dramático tiroteo en la Escuela Primaria Robb Elementary en Uvalde, Texas. Allí, Salvador Ramos, de 18 años, disparó y mató a 21 personas: 19 niños y 2 maestros. La tragedia ha reavivado la discusión sobre las políticas de posesión de armas en Estados Unidos.