Una española de 50 años vivió recluida durante un año y medio en una cueva de una sierra de la costa española. Beatriz Flamini participó en un estudio sobre los ritmos de sueño y vigilia y el cerebro humano.
Flamini es escalador de montañas, atleta y espeleólogo. Pasó 510 días en una cueva de 70 metros de profundidad donde no vio la luz del día. La cueva se hizo habitable y se dotó de agua y electricidad. También había una salida de emergencia.
El 21 de noviembre de 2021, Flamini entró en la cueva. Desde entonces ha leído al menos sesenta libros. Flamini no tenía teléfono ni reloj consigo. Sin luz del día, perdió el sentido del tiempo, dice a los medios españoles.
Flamini tenía una computadora portátil con él. Con eso, solo podía enviar mensajes al mundo exterior, pero no recibirlos. Filmó sus experiencias con dos pequeñas cámaras.
Flamini ha establecido un récord mundial por el tiempo más largo que alguien ha vivido en una cueva. Le resultó difícil, pero no se arrepiente, dice a los medios españoles. “Hubo momentos difíciles, como una invasión de moscas en la cueva”. A veces también alucinaba porque la cueva estaba muy tranquila.
Científicos y la Asociación Andaluza de Espeleólogos han seguido y registrado su aislamiento. Quieren saber qué efectos tiene este largo aislamiento en nuestro cerebro.