Durante la audiencia, el fiscal, el juez, el servicio de libertad condicional y el abogado de la joven llegaron a la conclusión de que principalmente necesita ayuda. Debido a traumas pasados, no se encuentra bien psicológicamente. Debido a que sigue sin recibir atención en las instituciones de atención, deambula mucho.
Se dice que estos problemas, en combinación con una noche de consumo excesivo de alcohol, provocaron su arrebato el 16 de febrero. Ese día, la mujer dice que tuvo una discusión con su hermana menor en la casa de su madre en Uithoorn. Su madre intenta calmar los ánimos, pero ella misma se convierte en un objetivo. Su hija la golpea en la cabeza con una taza y le arranca mechones de pelo.
Perro golpeado con travesaño
La madre no está presente en la audiencia, pero el juez lee su declaración sobre lo que pasó después: “Cuando quise llamar a la policía, oí abrirse la puerta de la jaula. Vi a mi hija golpeando al perro con un listón de madera. Empezó a golpear.” Por ese motivo, la mujer también está imputada por maltrato animal.
Le resulta difícil escuchar toda la audiencia y se queja de dolor de cabeza y náuseas desde el principio. “Lo encuentro muy largo y no tengo paciencia”, dice a mitad de la sesión. Sin embargo, el juez considera importante discutir en detalle cómo se puede no sólo castigar a la mujer, sino también ayudarla.
La mujer ha sido condenada varias veces en el pasado por incidentes violentos. Los miembros del personal de libertad condicional presentes dicen que les resulta difícil mantener los acuerdos con los proveedores de atención. Su hermana lo reconoce y escribió una carta al tribunal solicitando la admisión obligatoria.
Prohibición de contacto con la madre
La fiscal no incluye esto en su demanda. “Realmente tendrá que venir de ella misma”, piensa. Ella ve que una sentencia de prisión es psicológicamente demasiado difícil para el sospechoso. La mujer ya lleva 80 días en prisión preventiva. Por eso propone una sentencia suspendida.
Además, la funcionaria considera importante que se amplíe la prohibición de contacto con su madre. “La prohibición de contacto entre madre e hija va muy lejos, pero aparentemente no hay otra opción para la seguridad de la familia”. Se trata de un duro mensaje para la joven, que extraña mucho a su madre.
Sin embargo, el tribunal está de acuerdo. Como palo detrás de la puerta, la mujer recibe una pena de prisión suspendida de 40 días. Tendrá que cumplir esta pena si vuelve a utilizar la violencia contra una persona o un animal en un plazo de dos años. Ella promete al tribunal que intentará continuar el tratamiento de sus problemas psicológicos. “Sólo quiero paz”.