Unos 130 migrantes lograron llegar a las vallas fronterizas de Melilla tras el asalto. Era la primera vez que un numeroso grupo de inmigrantes intentaba llegar a España vía Melilla desde que se normalizaron las relaciones diplomáticas entre Rabat y Madrid.
Cuando los países se pelearon por el estatus del Sáhara Occidental el año pasado, grupos de, a veces, miles de inmigrantes asaltaron los enclaves de Melilla y Ceuta en el verano. Tras estrecharse los lazos, la Policía de Fronteras marroquí recuperó el control de la situación.
Melilla y Ceuta, en el norte de Marruecos, son un objetivo favorito de los inmigrantes ilegales, lo que les permite llegar a España y la Unión Europea sin cruzar el Mediterráneo. España, por tanto, paga mucho dinero a Marruecos para vigilar la frontera.
Marruecos reclama las dos pequeñas extensiones de tierra, que han sido propiedad europea durante seiscientos años y donde viven 170.000 personas. Ceuta se encuentra justo al sur de Gibraltar y Melilla a 225 kilómetros al este.