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El ex ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, falleció el martes por la tarde a la edad de 81 años, según informó un portavoz de los democristianos de centroderecha.
El político conservador es mejor conocido internacionalmente por su papel como ferviente defensor de la austeridad fiscal durante la crisis de deuda de la zona del euro hace una década.
Schäuble dio forma a la dura respuesta de Alemania a la crisis, argumentando en contra de los rescates y a favor de recortes de gasto y reformas estructurales, una postura que lo convirtió en una figura controvertida en Grecia y otros países afectados.
En casa, Schäuble fue una figura política destacada durante más de medio siglo. Un firme partidario de la integración europea, se convirtió en miembro de los Demócratas Cristianos (CDU) en 1965 y entró por primera vez en el Bundestag siete años después, convirtiéndose en uno de los miembros más jóvenes del parlamento en ese momento. Ocupó su escaño continuamente hasta su muerte, convirtiéndose en el miembro con más años de servicio en el Bundestag.
Schäuble estaba en silla de ruedas después de sufrir lesiones que pusieron en peligro su vida en un intento de asesinato días después de la reunificación de Alemania en 1990, cuando un hombre con antecedentes de enfermedad mental le disparó tres veces en un evento de campaña.
“Alemania ha perdido a un pensador agudo, un político apasionado y un demócrata belicoso”, escribió el canciller alemán Olaf Scholz en el sitio de redes sociales X.
El líder de la CDU, Friedrich Merz, afirmó en X que había perdido “al amigo y asesor más querido que he tenido en política”.
Schäuble, abogado de formación que creció en la Selva Negra, en el próspero suroeste de Alemania, se convirtió en uno de los primeros partidarios y confidente cercano del difunto canciller alemán Helmut Kohl.
A partir de 1984 ocupó diversos cargos ministeriales y en 1990 negoció el tratado internacional que abrió la puerta a la reunificación alemana.
Posteriormente se convirtió en uno de los defensores más influyentes del traslado de la capital de Bonn a Berlín. En ese momento se le consideraba el sucesor más probable de Kohl como canciller, pero Angela Merkel lo hizo a un lado en 2000, cuando el partido se vio sacudido por un escándalo sobre la financiación ilegal del partido.
Cinco años más tarde, cuando la CDU volvió al poder, Merkel nombró a Schäuble ministra del Interior en su primer gobierno. Posteriormente se desempeñó como ministro de Finanzas de 2009 a 2017, desempeñando un papel fundamental durante la crisis de deuda de la eurozona.
Abogó contra los rescates de países afectados por la deuda como Grecia, argumentando que tales políticas sólo conducían a “explosiones volátiles de corto plazo o declive económico de largo plazo”. Schäuble argumentó que los gobiernos “que se enfrentan a altos niveles de deuda y déficit necesitan recortar gastos, aumentar los ingresos y eliminar los obstáculos estructurales en sus economías”.
Tras su muerte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, escribió en X que “fue uno de los líderes europeos más influyentes de su generación”, y añadió que ella “fue testigo personalmente de su compromiso con Europa, su rigor intelectual y su habilidad política”.