Gorbachov fue secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1985 a 1991 y fue el último presidente de la URSS desde marzo de 1990 hasta finales de diciembre de 1991. Se le considera un reformador del entonces partido gobernante. Esto llevó al final de la Guerra Fría y, finalmente, a la desintegración del país. Pero también hizo posible la reunificación de Alemania.
Con su nueva política dio a conocer en todo el mundo conceptos rusos como la glasnost (apertura) y la perestroika (reforma).
Cuando estallaron las protestas a favor de la democracia en los países de Europa del Este de la Unión Soviética en 1989, se negó a aplastar violentamente las manifestaciones, a diferencia de los líderes anteriores del Kremlin que enviaron tanques para combatir los levantamientos en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968.
Las protestas alimentaron el impulso por la autonomía en las 15 repúblicas de la Unión Soviética, que se desintegró caóticamente durante los siguientes dos años. Gorbachov intentó en vano evitar ese colapso.
Gorbachov recibió el Premio Nobel de la Paz en 1990.