Mou entre la final y el futuro: ¿y si la de Budapest fuera la última con la Roma?

The Special One se perderá el partido contra Spezia (por descalificación), ahora se ha aislado para preparar el partido decisivo en la Europa League. Luego se sentará con los Friedkins y Pinto para decidir cómo y si avanzar juntos.

Por ahora, piensa solo en la final. Y la posibilidad de ganarlo en Budapest el próximo miércoles. Hay tiempo para el resto, aunque muchos proyectos ya están claramente perfilados en su mente. José Mourinho se ha aislado de todo y de todos, de él y del equipo, de cara al partido ante el Sevilla. Eso podría darle el sexto triunfo europeo (de seis intentos). Pero el que, en balance, también podría ser el último reto de su aventura en amarillo y rojo, teniendo en cuenta que con Spezia no estará en el banquillo por descalificación. Y alguien, calumniándonos, vio también en aquella tarjeta amarilla en Florencia una despedida temprana, las ganas de no vivir una despedida que de todos modos hubiera sido dolorosa, con un público que lo dio todo y al que Mourinho está visceralmente ligado.

La situación

Un poco como le pasó al Inter, que inmediatamente después de la final de la Champions ganada al Bayern, ni siquiera volvió a Milán, volando inmediatamente a Madrid, procedente del Real. “En esa ocasión no volví a Milán a celebrar porque de lo contrario me hubiera arriesgado a no ir más al Real. Celebrando podría haber cambiado de opinión, opté por huir de las emociones”, explicó después el Especial. Ahora, obviamente, la situación es diferente, también porque la Roma todavía tiene que jugar la final de la Europa League y posiblemente incluso ganar. Y Mou ahora está centrado solo en esto, que quiere traer un segundo trofeo internacional a Roma en dos años. Más, francamente, habría sido difícil preguntarle. Y como todas las veces que Mou ha llegado al máximo (o cree que no puede ir más allá), entonces decide cambiar de entorno. “¿Mi futuro? Por ahora solo pienso en la final y en cómo ganarla -dijo hace unos días-. Luego, como acabe, la Roma y yo estaremos vinculados para siempre”. Palabras que, sin embargo, no han tranquilizado a la marea de fanáticos de Giallorossi que esperan y esperan una señal de él para su mañana.

El futuro

Mourinho tiene contrato por un año más, hasta 2024, esto hay que recordarlo. Pero luego, si decide que quiere irse, también sería difícil mantenerlo, incluso si la Roma, cuando se presentó la situación con Portugal en enero, hizo saber que para liberarlo pedirían una compensación económica. Lo cierto es que después de la final de Budapest, los Friedkins y el gm Pinto se sentarán con Mou para entender cómo y si avanzar juntos o no. Mou quiere la certeza de tener diferentes inversiones para el futuro, sobre todo si jugará la Champions League (si triunfa en Budapest). Roma la certeza de tener menos críticas de su voz, dado que incluso los últimos comunicados (“Yo no vendo humo, no teníamos equipo para la Champions League” y “Llegar a la Champions League con esta plantilla no sería sólo hubiera sido un milagro, hubiera sido como ver a Jesús paseando en el Vaticano”) no es que gusten tanto en la sociedad. Si se llega a un compromiso, podemos continuar juntos de nuevo. De lo contrario, cada uno sigue su propio camino. Y amigos como antes…



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