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Moscú dijo el martes que las fuerzas ucranianas intentaron una de las mayores incursiones en Rusia desde el inicio de su invasión a gran escala, pero que sus fuerzas lograron repeler el ataque.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que “hasta 300 soldados” de la 22ª brigada mecanizada de Ucrania, “apoyados por 11 tanques y más de 20 vehículos blindados de combate” habían atacado sus unidades fronterizas cerca de Nikolayevo-Daryino y Oleshnya en la región de Kursk alrededor de las 8 am hora local.
Las autoridades locales dijeron que al menos dos personas murieron en el ataque.
El gobernador interino de la región, Alexei Smirnov, escribió en Telegram que los bombardeos habían matado a una mujer mientras que un hombre había muerto en otro ataque con drones.
Calificó la situación de “difícil” e instó a los residentes a refugiarse en “habitaciones sin ventanas y con paredes sólidas”.
Las fuerzas rusas estaban “repeliendo los ataques e infligiendo daños por fuego al enemigo”, dijo el Ministerio de Defensa, incluso mediante “el uso efectivo de la aviación militar” contra las fuerzas de Ucrania.
Un video publicado por testigos presenciales en Telegram muestra dos aviones de combate rusos volando a baja altitud sobre una autopista mientras humo negro se elevaba desde un vehículo en llamas en el lado ruso de la región fronteriza.
Un grupo de fuerzas de reserva rusas fue desplegado en la zona, donde el ministerio afirmó haber destruido dieciséis vehículos blindados ucranianos.
Los líderes políticos y militares de Ucrania no hicieron comentarios sobre el ataque, de acuerdo con la política del país de no confirmar ni negar operaciones activas en suelo ruso.
Sus servicios militares y de seguridad no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Pero Andriy Kovalenko, un alto funcionario del consejo de seguridad nacional y defensa de Ucrania, insinuó la participación de Kiev, escribiendo en Telegram que Rusia estaba «mintiendo» sobre impedir que las fuerzas de Kiev penetraran la frontera.
“Rusia no controla la frontera” en Kursk, escribió en Telegram.
La incursión pareció ser uno de los mayores ataques terrestres ucranianos en suelo ruso desde que el presidente Vladimir Putin ordenó la invasión a gran escala del país en 2022.
Los combates continuaban más de 10 horas después de haber comenzado, según informes de los medios rusos y publicaciones de blogueros militares pro-Kremlin en Telegram.
Las regiones fronterizas de Rusia, en particular Kursk, Bryansk y Belgorod, han sido atacadas por las fuerzas ucranianas en múltiples ocasiones desde marzo de 2022.
En la mayoría de los casos, los ataques fueron liderados por ciudadanos rusos anti-Putin que luchaban por Kiev en unidades militares que operaban bajo el mando de la dirección de inteligencia militar de Ucrania.
En algunos casos se utilizaron en los ataques vehículos blindados y armas proporcionadas por Estados Unidos.
La región de Kursk se encuentra al noreste de la región ucraniana de Sumy, que ha sido bombardeada diariamente por las fuerzas rusas durante casi dos años. Miles de residentes ucranianos locales se han visto obligados a evacuar sus hogares.
Las tropas rusas invadieron y ocuparon partes de la región de Sumy en las primeras semanas de la ofensiva múltiple de Putin en febrero de 2022, pero fueron expulsadas a fines de marzo de ese año.
Los funcionarios de Kiev y las tropas rusas anti-Putin involucradas en las incursiones anteriores han dicho que los ataques son necesarios para llevar la guerra a Rusia mientras intentan obligar a Moscú a desviar recursos militares de los campos de batalla del sur y el este de Ucrania.
El ataque se produjo después de que el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, afirmara el lunes que los servicios especiales ucranianos habían estado preparando un ataque dentro de Rusia el 28 de julio, cuando Putin y su ministro de Defensa, Andrei Belousov, estarían celebrando el Día de la Marina.
Ryabkov dijo que el ataque se evitó después de que Belousov llamara a su homólogo estadounidense, Lloyd Austin. Después de la llamada, Washington supuestamente se puso en contacto con Kiev y le instó a no llevar a cabo esta operación, dijo Ryabkov, haciendo referencia a un artículo del New York Times que informaba sobre la llamada.
Un portavoz de Austin no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.