Monza-Turín, la opinión de Rocchi: los deberes fallaron, el gol de Rodríguez fue regular

Zapata no comete falta, Caldirola acentúa la caída: demasiados defensores «cayendo»

Matteo Dalla Vite

Daniele Doveri se equivocó al anular el gol de Rodríguez en Monza-Turín por una (no) falta de Zapata sobre Caldirola. La confirmación también proviene del designador Gianluca Rocchi quien, hablando en Var abierta en Dazn, se inspira en el Atalanta-Inter de la semana pasada para entrar al partido en el U-Power Stadium. «No hay nada grave que hacer en el contacto Lookman-Dimarco – dice el árbitro mirando las imágenes de la acción que condujo al gol de la Diosa -. Sozza decide bien. Aquí: en Monza-Turín hubiera preferido esa misma decisión….» Una puñalada que involucra a uno de los grandes nombres de los árbitros, que sin embargo no será detenido. Una cosa es segura: Doveri, que pitó la falta inmediatamente después del gol, anulando todo, cayó en una costumbre que se ha vuelto «viral» desde hace algunas semanas: el colapso de los defensores.

Acentuadores

Un año complicado, enredado, con dudas, incluso protestas, errores. El último capítulo fue el de Doveri, en Monza-Turín, y ni siquiera Maresca (considerado entre los grandes nombres) quedó inmune en la carrera de Florencia. El dedo, pues, apunta ahora también hacia aquellos defensores que acentúan y exasperan determinados contactos. Caer con demasiada facilidad. Llamémoslos «acentuadores». Quizás el concepto no sea nuevo para los atacantes – para quienes la alerta sigue siendo alta y de tolerancia cero: y por eso se apreció el hecho de que Lázaro no cayera al ser golpeado por Gagliardini -, pero lo es desde hace unos meses también para los tan- Los llamados defensores que apenas rozan caen, multiplicando la magnitud real del impacto. Último ejemplo, el propio Caldirola con Zapata: el hecho/falta no existe. Aquel gol de Rodríguez, ocurrido en el minuto 26 del primer tiempo, no debió ser anulado. Pero la tendencia de algunos defensas esta temporada es evidente: le pasó a Faraoni contra la Juve y al propio Caldirola también en Monza-Bolonia hace unas semanas.

Caldirola y penaltis

El tema ahora se ha ampliado: Daniele Doveri, que si hubiera sancionado el penalti por una falta de Gagliardini sobre Lázaro no habría recibido ninguna revisión del VAR porque el contacto era evidente, tuvo que evaluar mejor el contacto ligero y alto de Zapata sobre Caldirola. Ciertos pequeños contactos (al igual que existen sanciones) y ciertos «colapsos» demasiado fáciles no deberían ser sancionados. Caldirola ya había sido protagonista en el partido Monza-Bolonia, árbitro Pezzuto (luego detenido) con Di Paolo en el VAR: gol anulado por falta inexistente de Zirkzee. Parece una tendencia: cabe recordar también el episodio de Faraoni en el Juventus-Verona en el que el capitán del Hellas se levanta observando el desarrollo de la acción y luego vuelve a sentarse. El caso es que situaciones como ésta, vistas y analizadas, corren el riesgo de tener el efecto contrario para el jugador. El caso Dimarco-Lookman en Atalanta-Inter vio al árbitro Sozza decidir bien, manteniendo bueno el gol de la Diosa. En la práctica: a partir de ahora, dada la tendencia, quien exagere ciertas caídas y ciertos contactos tendrá tolerancia cero por parte de los árbitros. Al mismo tiempo, sigue vivo el concepto -y aquí volvemos al penalti no concedido a Lázaro, como el que le cobraron a Seck en la Copa de Italia- de no transmitir el mensaje equivocado: Doveri consideró que ese contacto era demasiado ligero (y si hubiera pitado un penalti el Var no se lo habría quitado) pero será importante no difundir el concepto de «si el jugador no se cae no es penalti». Y por lo tanto, para tenerlo es necesario caer. Simulando. Acentuando, de hecho.





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