Monopoly provoca una pelea en 8 de cada 10 familias, pero está bien

Monopoly es uno de los juegos de mesa más queridos del mundo. Existe en más de 2.000 ediciones diferentes y es accesible a casi todas las edades. Las reglas no son difíciles. Si quieres ganar, tienes que tener suerte. Si no tienes eso, entonces tienes que poner dinero. Y esto último a veces lleva a la frustración o incluso a las peleas.

Monopoly realizó una encuesta el mes pasado en Bélgica y los Países Bajos entre 1.000 encuestados con niños de entre ocho y doce años. El 65 por ciento de las familias juegan el juego de manera muy competitiva, con no menos del 83 por ciento conduce a discusiones.

Según el pedagogo Philippe Noens, esto no tiene por qué ser negativo. Incluso puede ser una buena lección para los niños. “Los conflictos ocurren todos los días en el mundo real. Al igual que las negociaciones y las transacciones financieras. Monopoly es una combinación saludable de esos y sirve como un mundo de práctica seguro. Y claro, a veces los ánimos se exaltan. Pero luego es interesante ver cómo reaccionan los niños: ¿se defienden? ¿Están tratando de engañar al otro? Una pelea no tiene que significar el final del juego”.

Noens incluso alienta a las personas a hacer trampa a propósito. “Si te confrontan con bastante fiereza, puedes mostrar cómo puedes manejar ese conflicto: mantén la calma y la comprensión, reconoce el error y corrígelo. Les enseñas una forma de responder que pueden usar más adelante en situaciones similares”.



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