La mayoría se opone a la directiva sobre invernaderos que se debate. A la iniciativa anunciada por los Hermanos de Italia se une la de la Liga que ha presentado una moción en la Cámara para comprometer al Gobierno a oponerse a la medida. «La UE debe ser consciente de las especificidades de los distintos países, en particular los de Italia, donde imponer la transición energética a todos los activos inmobiliarios y de construcción supondría un aguijón para los italianos, tanto por los costes en que se incurrirá como por la pérdida de valor de la vivienda en caso de incumplimiento de las obligaciones”, declaró el líder de la Lega en la Cámara Riccardo Molinari.
FdI: la casa es sagrada y no se puede tocar
«La casa es sagrada y no se puede tocar. Brothers of Italy advierte contra el intento de la Unión Europea de imponer a Italia, con la directiva sobre eficiencia energética, un activo disfrazado que va en detrimento de los derechos de los propietarios”, dijo el líder del grupo de FdI en la Cámara Tommaso Foti. Se presentó una resolución, en este caso, “para impedir la aprobación de una ley que perjudicaría a millones de propietarios italianos”.
Los temidos riesgos
Según Confedilizia, se prevé una tensión “sin precedentes” en el mercado de la renovación, “una pérdida de valor de la gran mayoría de las propiedades italianas y, en consecuencia, un empobrecimiento general de nuestras familias”. La presidenta de Ance, Federica Brancaccio, pidió “inmediatamente un sistema estructurado de incentivos estatales focalizados y estables”. Según datos de la asociación de constructores, más de 9 millones de edificios de 12,2 millones no cumplirían con los nuevos estándares. Además, el 74% de los edificios en Italia se construyeron antes de la entrada en vigor de la legislación completa sobre ahorro de energía y seguridad sísmica.
Para el 1 de enero de 2030 al menos clase E
Los certificados de eficiencia energética emitidos en 2020 se refieren en un 75,4% de los casos a inmuebles de las clases más contaminantes, E, F, G. Esta última, en concreto, supone más de un tercio (35,3%), según el seguimiento de Enea-CTI. El proyecto de directiva, parte del paquete Fit for 55, establece que los edificios residenciales y las unidades inmobiliarias deberán alcanzar al menos la clase energética E antes del 1 de enero de 2030 y, antes del 1 de enero de 2033, al menos la clase de eficiencia energética D. Serían se prevén excepciones, a partir de la de los edificios reconocidos como de interés histórico.
El texto presentado por el ponente.
El texto presentado por el ponente del Parlamento Europeo, el irlandés Ciaran Cuffe (Verdes Europeos), también introduce una mayor protección social para los propietarios, con la utilización del Fondo Social para el Clima y la financiación Recovery. Al eurodiputado también le gustaría incluir objetivos ambiciosos para las bombas de calor en la directiva y alentar a los países de la UE a promover la “reestructuración comunitaria” a nivel de vecindario.