En el municipio de Ipatinga, Brasil, un hombre de 71 años cavó un enorme hoyo después de estar convencido de que había oro debajo de su casa. El hombre estuvo ocupado cavando durante más de un año, incluso pidió ayuda a otros y les pagó por ello. Cuando llamaron a los servicios de emergencia, encontraron al hombre en el fondo del enorme agujero. Con fracturas abiertas en ambas piernas, fractura de cadera, cortes, heridas en la cabeza y abrasiones, el hombre no sobrevivió a la caída.
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