Las semanas laborales más cortas han ganado popularidad desde la pandemia del coronavirus, cuando los horarios del personal cambiaron. Quedó claro cómo diferentes formas de trabajar podrían mejorar la vida de los empleados.
Los ensayos realizados en empresas sugieren que semanas laborales más cortas pueden conducir a una reducción del estrés y la ansiedad entre los empleados, al tiempo que aumentan la eficiencia y los ingresos para los empleadores. Unas cincuenta empresas alemanas tienen previsto participar a partir de febrero en este proyecto de seis meses de duración.
Sin embargo, el ministro Lindner del FDP no espera mucho de esto: “La clave de nuestra prosperidad sigue siendo el trabajo duro”.