Shawn Fain, presidente del sindicato United Auto Workers UAW, dijo que las huelgas se producirán en una planta de cada uno de los tres principales fabricantes de automóviles: una planta de General Motors en Wentzville, Missouri; una planta de Stellantis en Toledo, Ohio; y una planta de Ford en Wayne, Michigan. “Por primera vez en nuestra historia, atacamos a los tres grandes al mismo tiempo”, dijo Fain. En total, aproximadamente 12.700 empleados dejarán de trabajar.
El UAW, que tiene alrededor de 150.000 miembros, exige en negociaciones un aumento salarial del 36 por ciento durante cuatro años. Los fabricantes de automóviles estaban dispuestos a ofrecer aumentos de hasta el 20 por ciento en cuatro años y medio. Para el presidente de la UAW, Shawn Fain, esa oferta no era suficientemente buena dada la alta inflación y la favorable situación de beneficios de las empresas.
La huelga comenzó el viernes por la tarde, hora local. Varios modelos populares, como el Jeep Wrangler, se ven afectados por los paros laborales. La acción de los Tres Grandes en la producción de automóviles estadounidense también coloca al presidente Joe Biden en una posición difícil: un revés para la economía estadounidense podría tener un impacto desfavorable en su reelección.