Milán, Morata ya tiene las ideas claras dentro y fuera del terreno de juego: «¿Luchar para ganar? Esta camiseta te obliga a hacerlo»


El español mostró su repertorio en San Siro: luchó, unió departamentos y fue referente del equipo. «Aquí todo es bonito, hay un gran ambiente»

Periodista

13 de agosto de 2024 (modificado a las 23:46) – MILÁN

Álvaro Morata ya se ha hecho cargo de San Siro. No es que hubiera muchas dudas, pero quizás tampoco esperaba una investidura tan rápida. Por supuesto, le dio su propio toque, en el buen sentido, por supuesto, incluso antes de jugar. Esas frases del día de la presentación (“Quiero traer la segunda estrella, estoy aquí para ser el líder, prometo correr como un perro por todas las pelotas”, sólo por citar algunas) y la de La previa al partido («Lo daremos todo por esta camiseta, espero que nos reencontremos aquí al final de la temporada con algunos trofeos en medio del campo) han completado la primera fase del cariño de la afición por ellos. Y el césped hizo el resto, aunque el gol no llegara.

el enfoque

En los 45 minutos que puso a disposición Fonseca, Morata hizo… simplemente Morata. Expuso su repertorio, hizo lo que siempre ha hecho. Uno: luchar por cualquier balón, tanto los que le apuntan como los sueltos. Dos: buscó luz y respiro moviéndose entre líneas, en el centro del campo ofensivo, a veces en la banda (izquierda), intentando no dar ninguna referencia a los centrales del Monza. Digamos que Izzo, su goleador natural, no se encontraba muy cerca. Tres: siempre buscaba a su compañero en la mejor posición para pasar el balón cuando no estaba cerca de la portería. Porque este es Álvaro, un hilo que une a sus compañeros consigo mismo y a él con sus compañeros. Lo vimos desviado por la izquierda – sí, siempre le gustó deambular por ese lado – en lugar de Leao, lo vimos en el centro del campo ofensivo, en lugar de Loftus-Cheek, para atraer jugadores de Brianza y liberar espacio. para sus compañeros de equipo. Jugaba desde el banco y recordaba mucho a Giroud. Ejecutó cambios de juego inteligentes y por momentos nos recordó más a un centrocampista ofensivo que a un delantero centro. Pidió presión colectiva, recibió una bofetada, a veces se lanzó a presionar individualmente, rechinando los dientes ante los defensores de Monza. También intentó el gol de postal, a centro de Calabria, intentando una acrobacia que cortó de raíz. El balón quedó ahí, a pocos centímetros del pie, pero Meazza lo apreció igualmente. También intentó un disparo con la derecha desde el borde del área, pero nuevamente se dejó tentar por la idea del súper gol, poniendo demasiado peso en su pierna. Bola en el primer aro verde. Aplausos de todos modos. La tarea más importante de Fonseca será capitalizar todo el movimiento de su número 7: con el paso de las semanas habrá que insistir sin descanso en las inserciones de sus compañeros para no desperdiciar el gran trabajo de Álvaro.

las palabras después del partido

También cayó, a la media hora, como todo el equipo. Y por el tipo de juego que realizó en esos treinta minutos, incluso se podría decir que el Milan salió cuando se apagó su estrella. Esperamos más pruebas, pero hay una pista. Al final de la carrera habló así ante los micrófonos de canal 5: “Fue todo muy lindo, todo salió muy bien, un lindo ambiente. Solo tuve dos entrenamientos con el equipo, para el inicio del campeonato creo que estaré muy bien. Tenemos que asegurarnos de trabajar bien defensivamente. Vi los amistosos en América, las cualidades son evidentes. ¿Qué pasa si pensamos que podemos luchar para ganar? Por supuesto, esta camiseta te obliga. A partir de mañana tenemos que ir a Milanello para pensar qué podemos hacer. Nadie quiere enfrentarse al Milán, tenemos que trabajar cada vez más para alcanzar nuestros objetivos».





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