Jugamos el Milán-Juventus a la luz de dos centenarios. Federico Chiesa equilibrado entre patria y Señora
Antonio Mirante se presentó en Milanello una mañana de octubre de 2021, trepó a un árbol y, de hecho, nunca volvió a bajar, exactamente como Cosme, el protagonista de “El barón de los árboles”, la famosa novela de Italo Calvino. El protagonista, Cosimo, orgulloso y testarudo, de 12 años, discute con su padre porque no quiere comerse un plato de caracoles, se trepa a las ramas de la villa familiar y promete no volver a poner un pie en la tierra. Cumplirá su promesa. Pasando de árbol en árbol, Cosimo se enamorará, hará una revolución, conocerá a Napoleón, estudiará, escribirá a Voltaire… El árbol de Mirante se llama banco. En realidad, Antonio puso el pie en la tierra una vez, el pasado mes de junio, contra el Verona, pero fue sólo un minuto de camino, apenas un minuto al final de la Milán-Verona, el día de la despedida oficial de Ibra. Sólo un minuto al margen de la gran historia, el resto pasó su vida entre las ramas de Milanello y la vio fluir desde arriba, como Cosimo. Vio ganar a su Milan y celebrar un scudetto, vio salir a Tonali y llegar a Pulisic, vio derbis ganados y derbis perdidos, vio a Giroud jugar de portero en su lugar. Quizás entendió cosas que otros habían pasado por alto, porque, como explica Cosimo: “Quien quiera mirar la Tierra de cerca debe mantener la distancia necesaria”.