Milán, hay una sonrisa: Pavlovic ya se llevó al Diablo


El central serbio fue, con diferencia, el mejor de su equipo en Parma: lúcido, concentrado, atento. Y Fonseca también ha encontrado una nueva arma aérea

Cuando el suelo se desmorona bajo tus pies, es recomendable buscar algo a qué agarrarse. Y, incluso en una tarde futbolística tan dramática como la del Parma, el Milan encontró ese punto de apoyo -solitario, pero robusto-. Una sonrisa que tiene los rasgos ásperos y reconfortantes de Strahinja Pavlovic, con diferencia el mejor del Diablo en el Tardini. El único lúcido, el único que no capituló, el único que no se tambaleó ante el estallido Emilianos que arrasaron con los rossoneri durante todo el partido. Una agradable sorpresa, una nota feliz en el contexto de una defensa que, ahora mismo, es simplemente impresentable en lo colectivo y en lo individual.



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