Se necesitan líderes en el campo y falta Rafa. Se espera el número uno del RedBird en Milán: aceleración de Ibra en el club
Los pitos de San Siro han llegado hasta Estados Unidos: es imposible no oírlos, sobre todo si hay 70.000 personas protestando y si veladas como las de ayer no se viven desde hace mucho tiempo en el estadio de Milán. Desde Estados Unidos, Gerry Cardinale había sido testigo de un pequeño pero gran prodigio en los últimos meses: entre los escombros del derbi, su Milán había remontado con fuerza, había subido al primer puesto y había gritado con fuerza su candidatura al scudetto. Cardinale aplaudió desde lejos, animó al equipo, apoyó a Pioli y se disponía a regresar en una velada de gala, con el PSG en la Liga de Campeones. El programa del número uno del RedBird no ha cambiado: Cardinale estará en la ciudad entre mañana y el martes y asistirá al partido de copa con los franceses. Lo que ha cambiado, en todo caso, es la agenda, porque el penalti de Pereyra abrió oficialmente la crisis del Milan.
emergencia ibra
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La eliminatoria ante el Udinese, la tercera en cuatro partidos, emitió una sentencia: este diablo tiene un problema de liderazgo. No hay ningún jugador en el campo que pueda inspirar y quien haya asumido las responsabilidades de líder del grupo (véase Leao) sigue luchando. Y así, lo que hasta ayer se enmarcaba como una gran oportunidad se ha convertido en una necesidad: Milán necesita “zlatanizarse”, Ibra es necesario como pan caliente. Él y Cardinale se reunieron en septiembre y siguieron en contacto, el sentimiento está ahí y el propio Cardinale lo certifica: “Lo estoy conociendo y me gusta mucho porque es un líder nato. Necesitamos más líderes, el nuestro es un equipo joven. Y creo que alguien como Zlatan podría ser eficaz, tanto como asesor para mí como como espíritu de liderazgo para todo el equipo”. Con estas premisas, y en el contexto actual, el regreso de Cardinale a Milán ofrece la ayuda ideal. Luego será el turno de Ibra de lanzarlo, como en los viejos tiempos: Zlatan se tomó su tiempo para aceptar pero es hora de acelerar.
mercado flojo
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Pioli y el club tendrán que encargarse del resto, porque está claro que el mercado llevado a cabo de la mano por directivos y entrenador este verano no está dando los resultados que esperaban en Milán. Ayer casi todos los nuevos jugadores decepcionaron, desde Reijnders -que ya lleva un mes de baja- hasta los delanteros: Jovic, de nuevo transparente, desperdició otra oportunidad; Okafor y Romero, que entraron en la segunda parte, no hicieron nada para alterar la jerarquía. Los cálculos, pues, se hacen rápidamente: si Léao y Giroud no dan marcha atrás -y esto sucede a menudo- faltan alternativas. Ibra no podrá jugar en su lugar, pero quizás dé el susto que necesitan. El primero, a la espera de los de enero.
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