Milán, el problema es doble si ahora también es la defensa la que traiciona

Los rossoneri confirmaron las dificultades para encontrar el gol (y hubo ocasiones), pero esta vez ni la fase defensiva funcionó. La parada invicta se detiene en 658 minutos

Maldini contaba momentos antes del saque inicial: “Nosotros no tenemos problema de gol. Hubo un problema temporal, pero a la vez teníamos una estabilidad defensiva muy sólida”. Releída en retrospectiva, la oración es obviamente un desastre. Un desastre rossoneri en todos los ámbitos porque en la noche en la que, como se vio varias veces en el último período, el Milan -sin las decisiones arbitrales, de las que hablamos por separado- confirmó el enorme esfuerzo por transformar las jugadas ofensivas en goles, ha surgido un problema. Se ha añadido que hasta ahora en 2022 nunca se había planteado: el agarre defensivo.

Ocasiones

Mientras tanto, comencemos diciendo que los rossoneri no acumulan tres goles desde el 28 de noviembre (Milán-Sassuolo 1-3). La de Pioli se había convertido en una defensa casi impenetrable, tanto como para producir hasta este partido una racha de siete partidos sin encajar goles, que empezó con la ida de la Copa de Italia. Y si el Milan (casi) siempre ha logrado llegar tan lejos, fue gracias a la atención defensiva, que hizo que solo los cinco goles marcados fueran suficientes. Sin embargo, es difícil, prácticamente imposible, gestionar un final de temporada con dos objetivos concretos potencialmente alcanzables apoyándose únicamente en la defensa. Ahí, tarde o temprano necesitas marcar y la pesada pasiva de este desafío no debe engañar: el Milán tuvo las oportunidades de marcar goles, y hubo al menos tres. Solo que rompieron en las elecciones equivocadas del último paso o en la conclusión final (¿verdad Leao?).

en mantequilla

Y así, en la tarde en que el ataque se perdió de nuevo en el vacío, llegó la desagradable noticia de la defensa. O mejor dicho, desde la fase defensiva, culpable en todos los goles: Lautaro se coló dos veces en la mantequilla e incluso en el tercer gol de Gosens el Milan acabó mal. El Diablo llevaba 658 minutos sin capitular y la cifra sigue siendo muy considerable. Siete partidos sin marcar es mucho y los rossoneri han demostrado que pueden hacerlo. Ahora bastaría con aguantar cinco…



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