En contra de Sequía que la decisión que acaba de tomar el alcalde de Milán está golpeando al norte de Italia Giuseppe Sala podría ser sólo un primer paso. A las 20:00 horas del sábado 25 de junio se firmó una ordenanza que limita el uso del agua. Por ahora de una manera suave: prohibición de extracción de agua regar jardines y céspedes, con exclusión de los arbustos verdes y recién plantados públicos; para lavar autos, con excepción del servicio profesional en lavaderos de autos; para el llenado de fuentes ornamentales y piscinas en recintos privados, aconsejando conservar el agua con tratamientos especiales. La ordenanza tiene implementación inmediata.
El agua se mantendrá en el bebederos públicosútiles para ciudadanos y turistas y necesarios para contribuir al correcto funcionamiento evitando la formación de bolsas de aire.
Por ahora no hay horarios ni límites para el uso doméstico, con la esperanza de no tener que tomar decisiones más drásticas. Por el momento sólo se aconseja a la población que adopte “comportamientos encaminados a un uso racional“. También hay que decir que el servicio de agua ahora también podrá utilizar los acuíferos pertenecientes a la “red menor de agua”, consorciada o privada.
Palazzo Marino también nos recuerda que el agua de Milán no debe desperdiciarse porque se conduce a dos plantas depuradoras en Nosedo y San Rocco, útiles para el riego del parque Sur.
La decisión se produce después de que la Región de Lombardía, un día antes, decretara el estado de emergencia hídrica hasta el 30 de septiembre. Sala destacó en temas sociales que “quiere hacer nuestra parte”.