Milán, detrás de Leao y Giroud hay un vacío: así marcar (y soñar) se complica

En los 26 partidos de 2023, los rossoneri solo han marcado al menos dos goles en siete ocasiones. Sin Olivier y Rafael Pioli tiene pocas alternativas

Paolo Maldini reiteró antes del partido que “soñar no cuesta nada”, pero soñar en estas condiciones se vuelve complicado. El dos a cero no es una sentencia definitiva, sin embargo obliga al Milán a cambiar radicalmente de aspecto el próximo martes si quiere tener alguna posibilidad de acariciar la final. Era uno de esos momentos en los que el enfrentamiento en fase ofensiva era desolador. Por un lado un equipo que en un momento se encontró en el mostrador de tiro al blanco del parque de atracciones, por otro lado un equipo incapaz de apuntar al portero. Por un lado, un equipo que daba la impresión de poder marcar en casi todas las acciones, por otro, un equipo despeinado y contraído.

Ligereza

Reflexiones que son especialmente válidas para la primera parte, porque en la segunda el Milan reaccionó aumentando la presión y encontrando la forma de asomarse al área nerazzurra. Pero, aun cambiando de marcha y de actitud, no fue suficiente para encontrar un gol que hubiera cambiado mucho el equilibrio del partido de vuelta. Al final de la primera parte el Diablo ni siquiera había hecho un tiro a puerta. Al final del juego la cuenta llega a tres. “verdadero”? Uno: la publicación de Tonali. Las otras fueron llamadas de Messias y Díaz. En la práctica, madera aparte, el Milan no llegó arriba. ¿Por qué? Una buena explicación es la ligereza del trocar. Que primero perdió a Leao y luego a Bennacer. En otras palabras, el hombre que crea y el que, además de crear, también sabe destruir los fuertes ajenos. Cuando el argelino abandonó el escenario -muy temprano: eran el 18′- apareció el trocar rossoneri con Messias, Díaz y Saelemaekers. Tres pesos ligeros contra oponentes físicos y decididamente atentos. Y por cierto, no exactamente tres chaquetas bomber. Ese es Giroud, y aquí llegamos a la segunda razón: Oly no es un delantero centro en movimiento, es excelente en el costado pero sigue siendo el final de la acción. Por lo tanto, en ausencia de una fase ofensiva, queda un cuerpo extraño.

Inexactitud

En los 26 partidos disputados en 2023, el Diavolo solo marcó al menos dos goles en siete ocasiones. Y solo uno fue más lejos (el 4-0 en Nápoles). El resto se destilaba con gotero, tanto porque había mucha imprecisión al principio como porque las recargas nunca demostraron estar a la altura. Detrás de Leao y Giroud en términos goleadores hay más o menos un vacío, sobre todo en primera línea. El departamento que sigue siendo la zona donde más habrá que meter mano en el mercado de verano -necesitamos subir calidad por la derecha y un 10 fiable-, además de buscar un jugador joven de buen nivel para apoyar a Giroud en la centro del ataque.



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