En Islandia se están llevando a cabo operaciones de rescate para cientos de ovejas y mascotas en riesgo por la erupción volcánica en la península de Reykjanes. Los residentes que se marcharon apresuradamente el fin de semana pasado dejaron atrás a sus animales.
El domingo, la lava procedente de una grieta en el fondo de Reykjanes llegó a la localidad de Grindavik, a 40 kilómetros de la capital, Reykjavik. Las primeras casas se han incendiado, aunque la erupción parece estar disminuyendo en intensidad.
Las organizaciones protectoras de animales dieron la alarma después de ver en una película que los agricultores cerca de Grindavik aseguraban su costosa maquinaria agrícola, pero dejaban que el ganado se las arreglara solo. A un solo pastor se le permitía llevarse su rebaño, pero tenía que mover cielo y tierra con las autoridades locales.
El jefe del servicio veterinario de Islandia, Sigurborg Dadadottir, calcula que en la zona amenazada por la lava quedan entre 240 y 270 ovejas. Algunos de ellos están encerrados en rediles. El resto está afuera en el campo. No sabe cuántos animales más quedan todavía en la zona. Algunos propietarios no pudieron encontrar ni recuperar a sus gatos cuando Grindavik fue evacuado.
Dadadottir ha instado a las autoridades a permitir que los dueños de las ovejas regresen a la zona para salvar sus rebaños, informaron los medios locales.
Aislados de agua y comida.
Hasta donde sabemos, las ovejas aún no están directamente amenazadas por la lava, pero han estado privadas de agua y alimento durante tres o cuatro días. Tampoco hay agua disponible en los alrededores de Grindavik debido a los daños que la lava ha causado a las infraestructuras. La grieta de la que brota la lava ha alcanzado una longitud de más de cuatro kilómetros.
La operación de rescate no está exenta de riesgos. No todas las fracturas en el suelo causadas por la actividad volcánica son inmediatamente visibles a simple vista. Según informes no confirmados, este fin de semana un hombre pudo haber pasado desapercibido por un agujero en una carretera asfaltada y resultó herido. El estudio geológico de Islandia dice que aún podrían formarse nuevas fallas.
También en noviembre pasado, cuando el volcán de Reykjanes empezó a rugir amenazadoramente y a escupir fuego, los habitantes de Grindavik fueron evacuados. Luego todo el ganado fue retirado de la península. Algunos agricultores decidieron después de un tiempo que no había moros en la costa y regresaron con sus rebaños.