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Una figura clave del “súper cartel” con sede en Dubai que suministra un tercio de la cocaína de Europa ha sido sentenciada a cadena perpetua por un tribunal holandés mientras los fiscales internacionales se acercan a otros capos de la droga que aún están prófugos.
Ridouan Taghi, un ciudadano holandés nacido en Marruecos que presuntamente encabezaba el cártel de los “Ángeles de la Muerte”, fue encarcelado por ordenar una serie de asesinatos y pertenecer a una organización criminal. La fiscalía calificó la operación de Taghi de “máquina de matar bien engrasada”.
Un tribunal de Ámsterdam condenó el martes a Taghi, que había sido el hombre más buscado de Holanda, y a otros dos acusados a cadena perpetua en el sensacional juicio de Marengo, que conmocionó a la nación liberal. Taghi no estuvo presente en la lectura de la sentencia, que puede ser recurrida.
Taghi también es sospechoso de ordenar tres asesinatos más durante el juicio, incluido el de un destacado abogado y un destacado periodista en los Países Bajos, y de mover los hilos incluso tras las rejas tras su arresto en Dubai en 2019.
Los Emiratos Árabes Unidos se han convertido en un centro para poderosos traficantes europeos y Taghi fue un actor clave en el flujo de drogas a través del puerto de Rotterdam, lo que ha hecho que Países Bajos, uno de los mayores mercados del bloque. y un creciente centro de producción de drogas sintéticas.
Taghi fue extraditado de Dubai en 2019, donde los principales traficantes de súper cárteles habían vivido estilos de vida opulentos creyéndose a salvo de la captura.
Su extradición allanó el camino para las de otras importantes figuras del crimen, incluido el convicto francés Moufide ‘Mouf’ Bouchibi, conocido como «El Fantasma» y Raffaele Imperiale, un presunto jefe de la mafia italiana de la Camorra que se ha convertido en testigo del Estado en Italia.
En 2022, Europol dijo que había destrozado el corazón de las operaciones logísticas y de mando del súper cartel cuando arrestó a 49 personas en redadas en toda Europa y en Dubai. Se cree que el irlandés Daniel Kinahan, considerado por la policía y los expertos como el mayor narcotraficante europeo que aún sigue prófugo, se esconde en el Estado del Golfo, donde una vez estuvo de fiesta con Taghi en la boda del irlandés en 2017.
El juicio de seis años puso a Taghi y a otras 16 personas en el banquillo –y la reputación de los Países Bajos como nexo fundamental en el tráfico de drogas europeo– firmemente en el centro de atención.
El juicio comenzó en 2018 con pruebas de un presunto narcotraficante, identificado por las autoridades como Nabil B, quien se convirtió en testigo de la corona a cambio de una sentencia reducida de 10 años. El abogado de Nabil y su hermano fueron asesinados después de que él accediera a testificar.
Después de su extradición, los fiscales creen que Taghi movió los hilos desde la cárcel para ordenar el asesinato del periodista criminal holandés Peter de Vries en 2021, quien supuestamente había estado en contacto con el testigo de la corona.
Dos hombres han sido condenados por el asesinato del abogado y se espera un veredicto en el caso De Vries en verano.
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Los procedimientos en el juicio de Marengo se vieron aún más desordenados el año pasado cuando la abogada defensora de Taghi, Inez Weski, fue arrestada bajo sospecha de pertenecer a la organización criminal de Taghi. Se dice que Weski pasó información confidencial de Taghi a contactos externos mientras estaba encarcelado. Anteriormente calificó la acusación como incorrecta y está a la espera de juicio.
La condena de Taghi se produce mientras los fiscales irlandeses buscan la extradición de Kinahan, quien está bajo sanciones de Estados Unidos y tiene una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza.
El Director del Ministerio Público de Dublín ha estado revisando un expediente policial durante varios meses sobre posibles cargos que podría enfrentar Kinahan. La policía de Dubai visitó Dublín en octubre del año pasado para discutir la cooperación, tras una visita de la policía irlandesa a Dubai.
A principios de este mes, la policía irlandesa confiscó un botín de metanfetamina valorado en unos 33 millones de euros, exponiendo presuntos vínculos entre el grupo de Kinahan y el notorio cartel mexicano de Sinaloa.