El municipio de Midden-Drenthe quiere ampliar el número de cámaras de vigilancia en los recintos deportivos y sustituir las cámaras de vigilancia actuales. Según el municipio, los recintos deportivos son a menudo objeto de vandalismo y otras actividades delictivas.
Desde 2014, en el municipio de Midden-Drenthe hay cámaras de vigilancia en seis instalaciones deportivas diferentes. La razón de esto fueron varios incidentes. “Por ejemplo, un intruso fue sorprendido por la mañana en la inauguración de un pabellón deportivo y, entre otras cosas, se produjo vandalismo en la piscina exterior de Westerbork”, escribe el municipio en un informe sobre el uso de las cámaras.
El número de incidentes ha disminuido desde el uso de las cámaras en 2014. Sin embargo, es necesario actualizar las cámaras de vigilancia actuales y ampliar su número, afirma el ayuntamiento. Según ellos, la piscina De Peppel debería añadirse a la lista de instalaciones deportivas con seguridad adicional. “En el aparcamiento frente a la entrada de la piscina De Peppel hay señales de que se producen regularmente molestias relacionadas con las drogas”.
La policía conoce las señales y ocasionalmente patrulla más el estacionamiento. “Sin embargo, esto no puede evitar que surja una sensación de inseguridad cuando se observa que algunas personas sólo utilizan el aparcamiento como lugar de reunión para comunicar algo al conductor de otro coche a través de las ventanillas”.
Según el municipio, las cámaras de vigilancia contribuyen a la sensación de seguridad. “La vigilancia con cámaras alrededor de la entrada principal y la salida del personal del edificio permite al personal de la piscina comprobar si todo está en silencio afuera”.
Otros lugares deportivos en el municipio de Midden-Drenthe también atrajeron recientemente a invitados no invitados. El nuevo pabellón deportivo De Sprong en Beilen fue recientemente desfigurado con graffitis. “Los perpetradores pudieron llegar y salir de este lugar sin ser vistos, por lo que los costos de eliminar los graffitis aún no se pueden recuperar de los perpetradores”.
El municipio destina 60.000 euros al proyecto. Ese dinero se destina a la compra de nuevas cámaras, costes de instalación, rediseño del sistema y gestión externa. No habrá cámaras en lugares sensibles a la privacidad como vestuarios, duchas y zonas deportivas.