Microsoft ha pasado años construyendo una reputación de buen chico con los legisladores y reguladores. El gigante del software ha esquivado así la reacción violenta que han sufrido rivales tecnológicos como Amazon, Google y Meta. Pero el tamaño de su adquisición de $ 68,7 mil millones (valor empresarial) del desarrollador de videojuegos Activision Blizzard, uno de los más grandes en el sector tecnológico, no pudo escapar del escrutinio antimonopolio.
La Comisión Federal de Comercio está demandando para bloquear la adquisición, que uniría la consola Xbox y el servicio de transmisión de juegos de Microsoft con los títulos exitosos de Activision como Obligaciones y Candy Crush.
Los casos antimonopolio a menudo se centran en “fusiones horizontales”, donde las empresas adquiridas son competidores directos. Los reguladores pueden oponerse a estos por motivos de concentración de cuota de mercado. El acuerdo Microsoft-Activision es una “fusión vertical”. En este caso, una plataforma de distribución líder compra un creador de contenido superior.
Tales acuerdos podrían haber sido aprobados hace cinco años. Hoy en día, los reguladores son más escépticos: desconfían de la expansión de Big Tech en mercados adyacentes.
En el corazón de la queja de 23 páginas de la FTC está cómo Microsoft planea usar el contenido de Activision. Los reguladores temen que pueda alejar los juegos de Activision de competidores de consolas como Sony. Por supuesto, Microsoft insiste en lo contrario. Apenas esta semana dio a conocer un acuerdo de 10 años para poner Obligaciones en las plataformas de juego rivales de Nintendo.
Además de centrarse en los efectos nocivos para la competencia del acuerdo en un mercado ya maduro, el caso contra Microsoft también es prospectivo. Analiza si el acuerdo crea o aumenta las barreras de entrada a las industrias nacientes.
Microsoft podría obtener una ventaja injusta en la transmisión de juegos, por ejemplo. Muchos ven esto como el futuro de la industria. La FTC quiere impedir que Meta, la empresa matriz de Facebook, compre una empresa emergente de realidad virtual llamada Within, por motivos similares.
Microsoft se volvió arrogante. La presentación del acuerdo de Activision el mismo día que los reguladores de EE. UU. pidieron una revisión de las reglas de fusión subraya esto. Podría pagar por leer mal el estado de ánimo.