ELn una era en la que el tiempo se acaba, los minutos siempre se cuentan y el estrés siempre a la vuelta de la esquina, uno podría decir: “¿Y quién tiene tiempo para meditar?”. y para el micro-meditación, ¿En cambio? Un nombre muy efectivo para Subraye que se necesitan unos minutos para encontrarse a sí mismo y “recentrarse” en su vida diaria..
Micro-meditación, unos minutos para ti
La meditación y la micromeditación tienen el mismo propósito, encontrarte en el caos diario.lo que cambia es la cantidad de tiempo que se le dedica: «La micromeditación se practica en poco tiempo, desde 60 segundos hasta dos o tres minutosincluso varias veces durante el día. El nombre, por tanto, está ligado a la dimensión temporal limitada lo que la diferencia de otros tipos de meditación» responde Marco Florio, psicólogo Estímulo Italia.
La ventaja, pues, de una meditación reducida es el hecho de poder “insertar” en el contexto cotidiano mucho más fácilmente que en la práctica tradicional: «Para este último se tarda hasta cuarenta minutos, por lo que requiere tiempo, calma y concentración, características que no siempre tiene una persona en su vida diaria. La micromeditación, por otro lado, está pensada más como un descanso de la vida diaria, para ser practicada quizás incluso en la oficina.».
Una parada para recargar las pilas
Recargar las pilas es el aspecto fundamental de la micromeditaciónideal cuando te sientes agobiado por el día a día: «El punto no es solo “distraerse”, sino adquirir una mayor conciencia de uno mismo. Es como si observáramos lo que nos está pasando: en la jerga se dice “crear el testigo”, trabajar nuestra capacidad de estar presentes, aquí y ahora», explica el experto.
¿Cómo ponerlo en práctica? “Se puede hacer de muchas maneras: cerrar los ojos y llevar la atención a la respiraciónenfocándose completamente en él, o llevar toda nuestra concentración a una actividad que solemos practicar de manera automática como caminar, tomar un café o lavar los platos.
Por lo tanto, no se trata sólo de interrumpir nuestras actividades o hacer otra cosa, sino de dedicar toda nuestra atención a un solo foco: si caminamos, nos enfocamos en nuestros pasos, en nuestra respiración, en nuestro cuerpo, en nuestras sensaciones y emociones en relación al gesto de caminar. Podríamos decir que la micromeditación es un breve momento de atención plena: te sumerges completamente en el presentedejando de lado el resto, el trabajo, las preocupaciones, las llamadas telefónicas, las notificaciones en las redes sociales».
Centrarse en el presente, entre los beneficios de la micromeditación
No sientas ansiedad por el futuro o la melancolía del pasado sino concéntrate en el aquí y ahora. Este es el beneficio esencial de la micromeditación, y de la meditación en general: «La micromeditación nos acostumbra a ser más provechosos en nuestro presente: detiene la recurrencia de pensamientos negativos, ayuda a aliviar el estrés y recuperar energía. Si se practica constantemente, ayuda a reducir el insomnio, los síntomas ansiosos y depresivos, mejora la capacidad de atención, la memoria y la concentración. Al liberar energía, nos permite disponer de más recursos para afrontar las dificultades, adoptando soluciones creativas nunca antes pensadas».
¿Hay efectos positivos en el trabajo también? «Sí, y son muchos: mejora del rendimiento, mejor gestión de los picos de estrés, mejor capacidad de toma de decisiones gracias a la reducción de la emoción».
El bienestar mental al alcance de todos
Ambas prácticas, micro-meditación y meditación, no tienen contraindicaciones ni son necesarias habilidades particulares para practicarlas, por lo que son recomendables para todo el mundo: «La micromeditación puede ser una forma de acercarse a esta práctica, es perfecta para quienes luchan por hacerse con momentos, es un compromiso simple y eficaz para empezar a recrear de nuevo su propio espacio», concluye la experta.
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