Llevaban tres semanas pescando calamares y lenguados. El ambiente era alegre, porque hoy regresarían a casa para pasar las vacaciones con su familia. Pero cuando tiraron las redes por última vez, las cosas salieron mal. Un cable se rompió y el pescador Michael (23) fue alcanzado por una viga de metal y una polea que pesaba unas tres toneladas. Murió instantáneamente. “El mundo de la pesca es pequeño. Recibí mis condolencias a través de Facebook antes de saber lo que había pasado”, dice su viuda Lindsey (30).
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