En España, el revuelo en torno a la compra de una treintena de nuevos trenes se ha descarrilado por completo. Anteriormente se conoció que el ministerio español había invertido un total de 258 millones de euros en la construcción de nuevos trenes que se utilizarían en las regiones del norte de Cantabria y Asturias. Ahora, sin embargo, parece haber un problema: los vehículos son mucho más grandes que los trenes «normales» y no pueden atravesar los túneles que encuentran en su ruta.
El vergonzoso error ha dado lugar a un verdadero ‘juego de culpas’ entre Renfe, la compañía ferroviaria nacional de España, y Adif, la empresa estatal a cargo de expandir la red ferroviaria de España. Pero también se apunta al gobierno, ya que el Ministerio de Transporte notó el error demasiado tarde.
La ministra española de transporte, Raquel Sánchez, admitió previamente que se había cometido un «error» y prometió que los responsables serían despedidos. Y eso sucedió. Por ejemplo, Renfe despidió a su responsable de equipos y despidieron de Adif al responsable de la inspección tecnológica.
Los 31 trenes (de los cuales 21 para Cantabria y 10 para Asturias) ahora deben ser rediseñados para garantizar que puedan circular con seguridad por los túneles. Los vehículos ferroviarios podrán circular como muy pronto en 2026, dos años más tarde de lo esperado. También hay que aumentar el presupuesto de 258 millones.
«Escandaloso»
Miguel Ángel Revilla, el presidente de Cantabria, se ha quejado durante mucho tiempo de la mala infraestructura de transporte en su región. Por lo tanto, considera «escandaloso» el reciente error. “Tan pronto como se inicia un proyecto, asumimos que la empresa responsable sabe lo que tiene que entregar. Si es un tren, la empresa necesita saber cuál es el ancho de las ruedas y si el tren tiene que pasar por un túnel o no”, respondió Revilla. Isabel Rodríguez, una vocera del gobierno, también dijo que el error era «inaceptable» y que se inició una investigación interna.
Los nuevos trenes fueron construidos por el fabricante vasco CAF, que entró en servicio en 2020. Renfe pasó los detalles alegando que la información sobre la infraestructura ferroviaria y de túneles procedía de Adif. “Nosotros mismos no vamos a medir los túneles, simplemente tomamos las dimensiones del cliente”, señalan fuentes de Renfe al diario local ‘La Nueva España’. “El problema es que las dimensiones ‘oficiales’ de los túneles no se corresponden con la realidad”. Adif también se ha desprendido ya de la responsabilidad. El incidente ha sido calificado como “la pifia ferroviaria del siglo” en España.
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