Nápoles fuera del sprint por pifia de Empoli. El Inter perdió la recuperación por su 12 y el Milan ganó gracias al número 1 de la Viola
Tres patos para un campeonato, la carrera hacia lo más alto condicionada por los errores de tres porteros. El Napoli fue sancionado con la derrota del Empoli, por varias causas, entre ellas una fatal indecisión de Meret. El Inter perdió en el Bolonia por la semilisa de Radu. El líder Milán venció a la Fiorentina gracias a una ligereza de la Viola Terracciano.
Los casos son diferentes, pero los tres hacen referencia a los cambios que ha sufrido el rol. Un poco por ley, con la introducción hace treinta años de la regla que impide a los porteros recoger con las manos cada balón que les pasa por los pies. Y un poco por elección, con la difusión de la “construcción desde abajo”, el regate en los primeros metros del campo, una variante del juego deseada por muchos entrenadores para inducir al adversario a revelarse. El portero se ha convertido en un híbrido, en posesión del balón debe patear y participar como jugador de campo, pero no todos los porteros son capaces, por falta de técnica y personalidad. El primero se puede entrenar, el segundo no. El papel siempre ha sido complicado, impregnado como está de soledad y elecciones sin paracaídas. El nuevo tiro hizo que los porteros parecieran acróbatas en una cuerda suspendida en el aire.
Meret: de la construcción a la destrucción
–
Domingo 24 de abril, Empoli-Napoli. Corre el minuto 83, el Napoli se adelanta 2-1 y se prepara para la reanudación desde abajo, según una disposición clásica: dos defensas se sitúan en los dos lados cortos del área pequeña y Rrahmani, el de la derecha, apoya el balón a Meret, delante de la portería. Meret controla con la mano izquierda, finta una subida, ve y oye a Pinamonti venir sobre él, dibuja un regate, intenta un tiro largo, pero es tarde, el balón pega en el delantero centro del Empoli y rueda a la red: 2-2, luego el 3-2, de nuevo por Pinamonti. Aquí tiene que ver la construcción desde abajo, refinada por Spalletti cada día, pero más que nada tiene que ver con la inadecuación de Meret en ese momento específico. No queremos decir que Meret sea corta de pies. Vayamos al componente de carácter: le faltó frialdad, entró en pánico. Ni siquiera es correcto invocar a Ospina, el portero colombiano del Napoli, fortísimo de pie. Cada uno tiene sus propias especificidades. Meret, sin embargo, tiene una edad límite: a los 25 años un error así es una señal, puede dejar secuelas.
Radu: la mitigación de la remesa
–
Miércoles 27 de abril, Bolonia-Inter. Corre el minuto 81, el marcador es 1-1, y Perisic saca de banda justo arriba del ángulo izquierdo de su propia mitad. Es una situación de escuela de fútbol. En esas situaciones los entrenadores e instructores enseñan (o enseñaron) cómo volver a poner el balón en juego. La opción “atrás” sólo está (era) permitida en condiciones de máxima seguridad. Está prohibido ir a portería en propia puerta, pero eso es lo que hace Perisic, con las manos dirige el balón hacia De Vrij en el área y el defensa holandés, presionado, deja escapar el balón hacia Radu. El portero, el suplente de Handanovic, intenta parar, pero tropieza con un vehículo liso, el balón se escapa y Samson, al acecho, lo persigue hasta meterlo dentro, para evitar malentendidos. No es así, dado que Radu le toca un poco, pero si el balón hubiera entrado directo en el saque de banda de Perisic, el gol hubiera sido anulado. Aquí se suman dos errores, el descuido de Perisic y la pifia de Radu en el control. La construcción desde abajo no tiene nada que ver con ello, si no indirectamente, como reflejo condicionado. A estas alturas, muchos jugadores han introyectado la idea hasta el punto de investigar su viabilidad incluso en situaciones en las que el riesgo es manifiesto.
Terracciano, la lanceta de Ederson… O casi
–
Domingo 1 de mayo, Milán-Fiorentina. Corre el minuto 82 y, en desarrollo de un saque de banda hacia atrás (otra vez), Igor pasa el balón a Terracciano. El portero de la Fiorentina frena y patea largo hacia adelante. El desenlace es desastroso, una “mozzarella” de media altura interceptada por Leao. El portugués para, arranca y marca. Tres puntos para el Milán. El caso es interesante. Aquí es donde el revés de la construcción desde abajo tiene que ver con el lanzamiento alto de Ederson, el portero del City que sabe combinar ambas vertientes del juego con los pies, el pase corto y el tiro largo. La emulación de Ederson es un deporte que puede costar mucho, el “pobre” Terracciano lo aprendió a las malas.
4 de mayo – 09.12
© REPRODUCCIÓN RESERVADA