Mercedes-Benz ha propuesto al jefe del grupo químico BASF como el próximo presidente de su junta de supervisión, eligiendo a un ejecutivo ampliamente considerado como un pragmático de China.
El fabricante de automóviles alemán ha presentado a Martin Brudermüller, el exjefe de negocios de BASF en China, quien el año pasado advirtió contra los “ataques a China”. Brudermüller conoce bien la industria del automóvil y el grupo químico es un importante proveedor de pinturas y plásticos. Se espera que comience su nuevo cargo cuando deje el timón del grupo químico el próximo año.
Según el sistema alemán, hay dos juntas: la junta ejecutiva que dirige la empresa día a día y la junta de supervisión que supervisa el trabajo de la primera y asesora sobre la estrategia.
Brudermüller ha sido criticado por algunos inversores por su decisión de construir una fábrica química de 10.000 millones de euros en China en medio de una creciente tensión geopolítica. La decisión de Mercedes de contratar a Brudermüller se produce unos días después de que su director ejecutivo, Ola Källenius, dijera que sería “impensable para casi toda la industria alemana” cortar los lazos con China. La empresa vende más de un tercio de sus autos en el país.
Alrededor de una quinta parte de la empresa es propiedad de los fabricantes de automóviles chinos Geely y BAIC, de propiedad estatal, que han adquirido participaciones en los fabricantes de automóviles alemanes en los últimos años.
“El nombramiento de Brudermüller podría ser un compromiso, podría ser una silla que [the Chinese shareholders] están apoyando porque conoce muy bien China”, dijo Daniel Schwarz, analista de Stifel.
Dijo que China era estratégicamente importante para los fabricantes de automóviles, ya que “la transición hacia los automóviles eléctricos y autónomos es claramente más rápida en China que en otras regiones”, y agregó que es muy posible que la industria estadounidense y europea tenga que seguir los avances tecnológicos chinos.
El anuncio se produce cuando Berlín está cada vez más preocupada por la dependencia de la industria alemana de China, en medio de las crecientes tensiones de Beijing con Occidente.
Alemania todavía se está recuperando de tener que cortar sus lazos con Rusia después de la guerra en Ucrania, y las empresas cancelaron sus inversiones vinculadas al país. BASF se encuentra entre las empresas que más han sufrido por las grandes apuestas en Rusia y reportó una amortización de 6.500 millones de euros de sus activos rusos hace unos meses.
Los rivales alemanes de Mercedes, Volkswagen y BMW, anunciaron el jueves los resultados del primer trimestre, superando las expectativas de los analistas con fuertes ventas.
Schwarz dijo que las tres grandes compañías automotrices alemanas habían acumulado existencias cuando los problemas de la cadena de suministro dejaron muchos autos sin terminar, lo que los dejaría más vulnerables a las presiones de los precios en la segunda mitad del año.
En China, los precios han estado bajo presión ya que los líderes en el segmento eléctrico, como BYD y Tesla, han estado bajando los precios para aumentar la participación de mercado.
Desde 2019, Mercedes ha estado apostando por el extremo premium del mercado, lo que, según Schwarz, había alejado al grupo alemán de la rivalidad con Tesla y BYD. “Eso no los hace inmunes [to price pressure] pero los deja en menor riesgo”, dijo.