“La nueva ubicación sólo tiene ventajas. Aumentamos la seguridad tanto para el barco como para los visitantes, podemos mantener el barco mejor y a menor coste y, a largo plazo, también podemos hacer que nuestro hermoso Mercator sea más accesible”, afirma el alcalde Bart Tommelein. Por ejemplo, eventualmente se instalaría una rampa o un ascensor para que la cubierta principal fuera accesible para sillas de ruedas.
“Esta decisión es importante para nuestro patrimonio marítimo. Es un paso positivo para la ciudad y su rica historia”, afirma el concejal del Patrimonio Kurt Claeys.