Según Silas Brasileiro, presidente del consejo nacional del café, las existencias en el país sudamericano podrían caer a 7 millones de sacos para marzo, cuando en realidad deberían ser de 9 a 12 millones de sacos.
Las bajas existencias en Brasil, como resultado de la escasez de lluvia, están provocando que los precios suban, especialmente en combinación con una creciente demanda de café. El año pasado, la demanda mundial aumentó un 2 por ciento, este año se espera que la demanda aumente un 1,5 por ciento.
“A nivel mundial, los precios seguirán aumentando y la incertidumbre sobre los inventarios brasileños es una de las principales razones de esto”, dijo Guilherme Morya, analista de Rabobank.
Además, no hay muchas mejoras por venir. La previsión meteorológica para los próximos meses -provocada por el fenómeno meteorológico La Niña- no promete mucha mejoría. Si bien es demasiado seco en Brasil, Colombia, después de Brasil, el mayor exportador de café, está luchando con demasiada lluvia para los caficultores.
Malas cosechas también amenazan en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Vietnam.
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